La calle de Alfonso Reyes se ha vuelto una de mis predilectas para encontrar algunas de las nuevas propuestas culinarias de la colonia Condesa. Esta linda avenida, con un gran camellón arbolado, nos da un respiro y una sensación de paz que se ha perdido en el resto de la Condesa. Pero es realmente cuando nos adentramos a pequeños restaurantes como OLY que realmente nos transportamos a otra parte. Un pequeño rincón, acogedor, que incita a largas pláticas es lo que encontramos aquí.
Un menú conciso, con toques mediterráneos, sabores de Grecia, Italia y España. Como el restaurante mismo, su menú es relativamente pequeño, muy bien logrado, íntimo, pero con opciones para todos los gustos. Sus scallops en su concha son obligados, el capellini al limón simplemente excelente y el papardelle con anchoa y harissa nos remonta a los comfort foods de la abuela italiana.
Pero Oly es mucho más que pasta y no debes dejar de probar su kofta con salsa de hierbas o su pollo al peri-peri, interpretaciones que entrelazan nuevas técnicas con platos hogareños logrando una propuesta moderna de platillos clásicos mediterráneos. Como toda buena comida, el postre debe estar a la par y el el soft serve de arroz con leche no te decepcionará, aunque la tarta de limón o el pastel de chocolate con amaretto son también otra perfecta opción.
OLY cumple cabalmente con una buena carta de vinos curada especialmente para maridar con sus platillos, además de su mixología.
Una de las cosas que más me llamaron la atención es en un principio haber pensado que este pequeño lugar no sería cómodo por su tamaño, sin embargo, los espacios están pensados para maximizar la experiencia de quien lo visita y casi de inmediato y sin darme cuenta, nos instalamos en lo que sería una comida larga y agradable, sentados junto a un espacio verde interior que le da amplitud, luz y hace que la sensación de espacio se multiplique de manera inconsciente.
Acogedor pero no invasivo ni demasiado pequeño o apretado, así es como se siente. Ambientado por una propuesta sonora cambiante e interesante, la música es tan parte del entorno como lo es el diseño y la comida. Sutil, bien integrado, presente pero no abrumador. Realmente el balance que han logrado en este lindo proyecto es de reconocerse.
OLY lleva relativamente poco tiempo abierto, sin embargo es ya una referencia y punto de encuentro para quienes buscan un restaurante que proporcione una buena comida en un ambiente igualmente especial, cálido. Recuerden reservar con anticipación porque seguro estaré en el top de preferencia durante mucho tiempo.
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