Normalmente cuando una persona pelea con alguien que quiere suele ser algo completamente doloroso, en algunas ocasiones esas palabras pueden ser tan hirientes que pueda causar arrepentimientos de decir cosas que solo se dijeron por el coraje. Es por eso que hoy tenemos una leyenda tibetana que justifica mucho el motivo por cual gritamos cuando peleamos…
Si, así como lo oyes, hay una leyenda que seguro te va derretir el corazón y al mismo tiempo puede que te recuerde a alguien que quieres con quien te ha pasado algo similar. Así que ponte cómodo y conoce toda la leyenda para qué aprendas a salvar el momento y no volver a caer en una pelea innecesaria. Seguro que será tú salvación y motivación para hacer las cosas mejor que ayer.
Cuenta la leyenda tibetana, que un día un viejo sabio preguntó a sus seguidores lo siguiente:
-¿Por qué la gente se grita cuando están enojados?
Los hombres pensaron unos momentos sus respuestas:
-Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos…-Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –Preguntó el sabio– ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado?
Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía al sabio…
Finalmente él explicó:
-Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Algo que tiene toda la lógica del mundo, cuando una persona esta enamorada de otra es todo lo contrario, se hablan con cariño sin gritar debido a que sus corazones están muy cerca. La distancia es muy pequeña a diferencia de cuando una persona pelea con otra y se alejan. Entre más cariño y confianza, la cercanía crece y esto genera un lazo inquebrantable si se sabe cuidar.
Cuando gritamos, puede ocasionar que esa pelea haga que dos corazones muy unidos se separen. Uno nunca sabe qué tanto pueden llegar a afectar esas palabras, si la distancia es tanta y se rompe esa unión, puede que esos corazones no se reencuentren de nuevo. Es por eso que se debe evitar pelear, siempre se tiene que tratar ver el lado bueno de todo buscando un equilibrio en el que se puedan decir cosas que tal vez no les encante pero sin llegar a una pelea grande. Es una historia tibetana que nos enseña todo de una manera muy rápida como una mala pelea puede terminar con algo tan lindo en segundos.
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