#DiscoDeLaSemana: El futurismo de “Pop 2” de Charli XCX

Una de las más grandes interrogantes de ‘Blade Runner’, el libro de Philip K. Dick y la posterior película de Ridley Scott, era saber con certeza quién de los personajes representaba un androide y quién un ser humano real. Su premisa futurista, esa que dicta que un ser humano puede diferenciarse de un robot por medio de sus recuerdos y su capacidad de empatía, no suena tan descabellada a pesar de todo. En un mundo en donde las máquinas son cada vez más perfectas, los sentimientos permanecen como la virtud más palpable de la humanidad.

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Algo así se puede imaginar al escuchar el nuevo mixtape de Charli XCX, una estrella pop inglesa contemporánea que pareciera vivir constantemente en el futuro. No solo por el uso de la maquinaria como arma de creación de hits, sino también por los versos que ha recitado en sus canciones desde hace años. Su mundo no es tan distinto al de ‘Blade Runner’, pues a pesar de toda artificialidad a su alrededor, el eco de su sentir permanece intacto.

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Su discurso está bañado de la mejor estética de ciencia ficción y al mismo tiempo construido a partir de una fascinación por el pop más emblemático: de Britney Spears a Lana del Rey y de Aqua a las Spice Girls. En su voz se sienten años luz de producción, pero también décadas de tradición de himnos adolescentes que dan como resultado una colección de canciones para la posteridad.

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Aptamente titulado “Pop 2”, el mixtape ofrece una exploración del género demasiado atinada. Además del neón que enmarca cada canción, aquí se pueden encontrar manifiestos feministas, sintetizadores espaciales, hip hop de liberación sexual y épicos lamentos que representan los distintos rostros de un pop que permanece en constante mutación. Son diez canciones que son una fiesta emocional, digna de la película de ciencia ficción más divertida que se recuerde.

Al final, Charli XCX ofrece un catálogo de canciones que podrían convertirse en los próximos hits de antro si se les escuchara con atención. Una secuencia de pistas que no escatiman en artificialidad y que, a pesar de su apariencia maquinal, hablan con un corazón que permanece latente hasta el último minuto. Mejor que ‘Black Mirror’ y al alcance de nuestros oídos.