Plonk quiere que sepas que no es un wine bar, aunque parezca un wine bar y sepa a wine bar y te expliquen todo incluso mejor que en otros wine bars de la ciudad. No, definitivamente Plonk, exhibiendo botellas italianas y francesas de los mejores vinos que podrás encontrar en la CDMX, no es un wine bar.
¿Cómo lograr que dejemos eso atrás? Claro, con la comida. Y aquí es donde les queremos creer, pues aunque la carta es reducida, Plonk cuenta solamente con aciertos gastronómicos. Su jocoque con coles de bruselas es todo menos simple, tienen unas aceitunas con ranch que son una agradable sorpresa al cambio de la mayoría de los restaurantes que no las sirven así y sus platos fuertes son para chuparse los dedos.
Antes de entrar de lleno en ellos hay que hablar del lugar. Ubicado en Iztaccihuatl, en el corazón de la Condesa, se trata de un espacio pequeño. No hay más de cuatro o cinco mesas incluyendo las exteriores, además de una barra que rodea un árbol y la principal dentro del restaurante, que te enfrenta a los chefs trabajando en vivo en tus alimentos.
El color rosa del lugar sirve para brindar una atmósfera que cambia de acuerdo a cómo la luz pega en el edificio, dando paso a tardes brillantes y noches acogedoras, perfectas para una cita o para hablar con alguien a quien hace mucho tiempo no ves.
Lo que hace a Plonk un espacio único es la creatividad de las dos mujeres al mando. La Chef Flor Camorlinga ha pasado por algunos de los mejores restaurantes de Chile, Japón, Estados Unidos, Dinamarca y más, pero encontró que México era el destino donde quería poner toda esa experiencia en práctica. Por su parte, Romina Arguelles es Sommelier que ha trabajado en proyectos como Baltra y conoce a fondo la industria hotelera y de servicio. Juntas han decidido que cada espacio, platillo, vino y momento de Plonk, debe grabarse en la memoria de los comensales.
Su trabajo en conjunto es lo que da paso a platillos únicos como el udón picante que tiene un toque de crema de maní, salsa gochujang, queso cheddar y camarón, el tamal de marlín ahumado con chile morita y almendra o el pork belly con salsa de ostión y papa morada. Estos platos son los que representan la mitad de la esencia de Plonk, para disfrutarlos al máximo, pide la recomendación que marida perfecto con ellos y ya sea que un mesero o la misma Sommelier o Chef, irán a explicarte qué y por qué es lo mejor que puedes beber para exaltar los sabores tanto del plato, como del vino.
Está bien, Plonk no es un wine bar, es un concepto bastante curado donde todo tiene un por qué y cada vino tiene una razón para estar ahí. Se trata de un concepto para disfrutar lentamente y consagrar la experiencia, dándole su lugar en la mesa.
Dirección: Iztaccihuatl 52, col. Hipódromo
Tel: 55 2953 0255
Sitio Web: Instagram
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