Hacer ejercicio conlleva que el apetito se despierte, aunque hay que cuidar lo que se ingiere para que la actividad física no haya sido en vano. Los alimentos con grasa, están descartados, sin embargo un snack bajo en calorías evita caer en la tentación de consumir una mayor cantidad, según los expertos.
El plátano, además de prevenir los calambres durante la rutina por su alto contenido en potasio, posee azúcares que producen glucosa y la mantienen como reserva en el organismo. Por su parte, las almendras regulan el colesterol y la presión sanguínea, un puño de ellas es suficiente o si prefieres, el pistache cumple la misma función.
Así mismo la hidratación es fundamental antes, durante y después del entrenamiento, y no sólo puede mantenerse con agua sino también con frutas como la sandía, al estar compuesta en su mayoría por agua.
Otros alimentos ligeros que se recomienda consumir, son el yogurt, una barra de granola, queso panela o un plato de fruta. Pero si lo que haces es almorzar, una ensalada con pollo, arroz, un sándwich de pavo, un trozo de carne hervido con verduras, son grandes opciones para mantener la línea.