La gastronomía mexicana está llena de sorpresas, podemos encontrar desde preparaciones deliciosas hasta preparaciones deliciosas pero consideradas en la lista de “Los Peores Platillos del Mundo” según TasteAtlas. Pero que se come bien en nuestro país… se come bien.
Nuestra posición en el mundo, la variedad de climas y suelo fértil causan que tengamos un buen número de ingredientes con los que podemos hacer mezclas y experimentar; sin embargo, debemos aceptar que muchos platillos podrían parecer bastante extraños para el resto del mundo pero como siempre decimos, no te dejes llevar por este tipo de listas, si a ti de gustan ¡cómelos!
Recientemente la guía experimental de viaje que ha ganado importancia en los últimos años y pide opiniones de expertos en la industria, ha incluido varias preparaciones de diferentes regiones del país en su lista de los peores platillos del mundo.
Platillos mexicanos en la lista de los peores del mundo
TasteAtlas ha abierto un debate en redes sociales pues ha incluido a los chongos zamoranos, romeritos, hígado encebollado y charales en la lista de los peores platillos del mundo. Ahora bien, considerando la exagerada variedad de platillos que podemos encontrar en el mundo, que México tenga solo cuatro (y ninguno realmente terrible) nos posiciona como un gran país con deliciosa gastronomía ¿no es así?
Los chongos zamoranos se elaboran con leche cuajada, un poco de limón, azúcar y canela. Los romeritos son un plato tradicional navideño que tienen un ingrediente principal: las hojas del romerito, un quelite que crece en la milpa; se acompañan con papas, nopales y gorditas de camarón. El hígado encebollado no tiene mayor explicación y los charales son mini pescaditos cocinados con sal y chile en polvo.
Las opiniones están divididas, algunos consideran que son platillos exquisitos y otros que verdaderamente deberían estar en la lista.
El peor platillo del mundo según TasteAtlas
Nos ha dado mucha curiosidad conocer cuál es el peor platillo del mundo, el número uno de la lista de TasteAtlas. Se trata del Hákarl, un oloroso manjar de Islandia hecho con carne de tiburón de Groenlandia podrida. La carne primero se fermenta durante un máximo de tres meses, luego se cuelga y se deja secar durante otros cuatro o cinco meses.
A menudo se considera comida para valientes porque tiene un alto contenido de amoniaco. Generalmente se presenta cortada en cubos con un trago de licor local llamado brennivin.
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