Parece que ser un jeque es sinónimo de no tener límites en cuanto a lo que desees y el precio que esto tenga. Tal es el caso del hombre que gobierna en Qatar. Él quería un piano, pero teniendo un cargo (y una fortuna) como el suyo, ¿por qué habría de conformarse con un instrumento musical común?
El magnate solicitó un piano personalizado a la compañía británica Goldfinch, donde crearon el Steinwey masterpiece digno de un hombre con los gustos más excéntricos. Para confeccionarlo, la compañía colaboraron con la artista contemporánea Lauren Baker.
Éste, que podría fácilmente considerarse el piano más lujoso del mundo está lleno de cristales de Swarovski, cada uno de ellos aplicados a mano. Después de seis meses de arduo trabajo, Goldfinch empaquetó el instrumento y lo envió desde Cambridge hasta la casa del jeque en Doha.
Al recibirlo, él jeque seguramente no tardó en darse cuenta de que este piano es mucho más que un objeto precioso. También tiene tecnología musical de punta que hace que suene espectacular. Y en caso de que no hubiera alguien lo suficientemente conocedor como para poder hacerlo el piano se toca sólo, con controles invisibles.