Por Mariana Rubio
Como si se tratara de una baticueva, quizá este refugio podría ser el equivalente cuando hablamos del espectacular laboratorio de la perfumista de Cartier, Mathilde Laurent, en París.
En un espacio pulcro, sobrio pero con un toque de elegancia absoluta, el espacio de trabajo de Laurent es un tributo a la exquisitez que caracteriza a la marca. Fruto del trabajo del arquitecto Jean Nouvel, este espacio ultramoderno situado en el sexto piso del edificio de la Fondation, albergará la nueva fábrica de los perfumes de la casa francesa.
Rodeada de herramientas que quizá facilmente encontraríamos en un laboratorio químico, la perfumista escogió cada matraz de laboratorio, frasco calibrado y tubo de ensayo, para tener un espacio digno de una de las mejores perfumistas del planeta. Los muebles, desde los muebles de archivo, hasta las sillas, fueron diseñadas por la perfumista en conjunto con el arquitecto, y creadas por el despacho de Nouvel.
La experimentada perfumista, forma parte de la casa Cartier desde el 2005, y con este exquisito nuevo proyecto estamos seguros que se quedará por muchos años más.
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