Hay cosas que aunque nosotros no elegimos, nos ha hecho enfrenta la discriminación, racismo o maltrato a lo largo de la vida, por ejemplo, el color de piel, género, estatura, complexión, marcas, pecas, vellos y por supuesto textura y color del pelo. Estamos viviendo un empoderamiento nunca antes visto del pelo natural, dejando libre el pelo rizado que por mucho tiempo significó discriminación y una lucha constante de aceptación sobre todo para las mujeres.
Poco a poco los estándares de belleza se van quedando en el pasado, la mercadotecnia e industria de la moda están dando pasos para intentar incluir a personas que habían hecho a un lado para su publicidad por no cumplir con la línea de alta, delgada, rubia y ojos claros.
Quizá no lo notábamos pero el estereotipo de pelo perfecto no solo era tenerlo claro, sino liso, completamente liso. Para las personas que tenemos el pelo rizado y con gran volumen era complicado no sentirnos identificadas con ninguna publicidad sobre belleza, así que lo dañamos por muchos años planchándolo, usando secadores e incluso con técnicas «permanentes» mucho más agresivas.
Niñas y adolescentes nos vimos afectadas por la estigmatización de una sociedad que ha redirigido los estándares de belleza hacia el pelo liso y crecimos con gran presión social creyendo que el nuestro en su forma natural, no era completamente hermoso.
Evidentemente era un golpe para el amor propio que ha costado trabajo superar; porque además, como la sociedad tiene ese estándar por años se nos señaló, criticó e incluso despreció por la textura de nuestro pelo, algo que como dijimos al inicio, no elegimos.
Afortunadamente el mundo está cambiando, las mujeres estamos volviéndonos mucho más fuertes y cada vez la belleza se dirige a un mar de posibilidades donde todas cabemos.
Nos hemos abrazado mucho más en todos los sentidos; nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestra personalidad, nuestro talento y por supuesto nuestro pelo. Veamos las pasarelas de moda o la mercadotecnia, jamás dejará de existir el pelo liso en ellas porque hay una gran cantidad de la sociedad que de igual manera lo tiene así; sin embargo, cada vez vemos más chicas con pelo rizado en estas industrias «de belleza».
Estilistas y consultores de imagen se han dado a la tarea de empoderar a las mujeres que por años han sido estigmatizadas por tener el pelo rizo o afro. Crearon el «Curly Hair Method» para sanarlo de químicos, procedimientos agresivos y/o sustancias que lo dañan, recuperando su textura natural y presumirlo tal y como es: hermoso.
¿Qué es el «Curly Hair Method»?
Esta técnica de varios pasos se basa en la hidratación que de por sí al pelo rizado le hace mucha falta. Es una rutina de limpieza y cuidado para nutrir el pelo enfocándose en las necesidades de la textura natural, por supuesto utilizando productos libres de sulfatos, siliconas, aceites minerales o ceras.
Hace algunos años, mostrar el pelo rizado o afro al natural era un signo de valentía, un momento de liberación que muy pocas se atrevían a hacer. Era plantarse con los pies bien firmes ante cánones de belleza imposibles y absurdos en los que no entrabas. Un acto fuerte que requería de muchísimo trabajo de empoderamiento con ella misma.
¿En qué punto estamos ahora?
Afortunadamente estamos viviendo una reivindicación del pelo rizado y afro. Inició con mujeres fuertes dando los primeros pasos cansadas de cambiar su naturalidad por cumplir estándares muy complicados de belleza, convencidas de amarse y abrazarse tanto mostrándose hermosas tal y como son aunque la televisión, publicidad y moda dijeran lo contrario.
No, no es tendencia ni algo pasajero, lo que estamos viviendo es una declaración del fin a las ideas viejas que ya no tienen cabida en las nuevas generaciones. Es darle paso a la liberación del sufrimiento, discriminación y sufrimiento por la textura del pelo.
Se trata de valorarnos, amarnos y aceptarnos tal como somos en todos los sentidos, y eso va mucho más lejos que una simple moda.
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