Oppenheimer, Barbie, Poor Things, Past Lives, Maestro… OK, pero ¡¿quién habla de The Holdovers (Los que se quedan)?! Como una de las 10 historias nominadas a la Mejor película, esta es una movie que —de verdad—con la dosis perfecta de drama y humor, no puedes perderte en cines (por ningún motivo).
Estrenada el pasado enero en México, aunque esta es una “comedia navideña” poco tiene que ver con Navidad; más bien, casi nada. Imagina que la historia gira alrededor de un maestro —ese que pone examines en vacaciones, reprueba a sus alumnos y todos odian—, que debe quedarse en el internado prestigiosos de niños en Nueva Inglaterra a cuidar a los estudiantes que no tienen a dónde ir en vacaciones de invierno.
El profesor Paul Hunham (Paul Giamatti) hace un bonding especial con el chico problemático, inteligente, dañado y también sin amigos Angus (Dominic Sessa). Esa relación conexión extraña y entretenida te deja muchas lecciones de vida y tal vez el plot te recuerde a algo así como Dead Poets Society, pero ten por seguro que verás algo nuevo en la gran pantalla. Sin ser esa película brillante pero pesada y lenta típica de Óscar, no tienes que sentir como si tuvieras que poner atención extra para entender su mensaje y pasarla bien.
Ambientada a finales de los 60, The Holdovers está repleta de emoción nostálgica, con la imagen ligeramente granulada y una paleta de color que la convierten en una cinta entrañable. Con personajes de los que te encariñas, la movie es una mezcla perfectamente consistente de ingenio y humor con buenas puntadas.
Primero esta Paul, el maestro que toda la vida ha trabajado en el colegio. Perfectamente consciente de que a nadie le cae bien (prepárate para soltar una que otra carcajada con su forma tan particular de insultar a sus alumnos) es anti-social y, a lo largo de la historia, entiendes por qué se esconde detrás de ese personaje know-it-all. Angus, afectado por la ausencia de su padre y la falta de atención de su mamá, llega para retarlo. Mientras Mary (Da’Vine Joy Randolph), la cocinera de la escuela que acaba de perder a su hijo en la guerra de Vietnam, tiene que lidiar con estar en el lugar de niños privilegiados y malcriados que todos los días le recuerda su pérdida.
Mientras acompañas las luchas internas de tres personajes varados en un internado en pleno invierno, la película es un viaje agridulce que habla sobre encontrar la familia y las relaciones que te cambian la vida en donde menos lo esperas: esas conexiones que se quedan. Este drama te llegará directo al corazón sin dejar que la trama caiga en ese ritmo de “comfort blanket”. El humor negro, la cruda verdad y un final real (mejor que uno idealista), hace que la historia permanezca contigo, con una chispa de esperanza.
Después de verla, créeme, querrás que Paul Giamatti gane el Óscar a Mejor Actor.
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