Por Mary Gaby Hubard
Parmigiani Fleurier ha dedicado su más reciente creación a un símbolo cultural sumamente importante. Desde la antigua Grecia, el laberinto ha ido adquiriendo distintos significados, manteniendo una constante: la fascinación que provoca en quien lo ve.
De acuerdo a la mitología griega, la figura del laberinto fuera creada para encerrar a un temible minotauro. Actualmente, un laberinto nos remite a la búsqueda del camino correcto.
Inspirados por los diversos significados que engloba el laberinto, en Parmigiani crearon el Toric Quaestor Labyrinthe que gracias a su perfecta construcción produce un melodía excepcional conforme avanzan sus manecillas.
La carátula, tiene dos capas que hacen el laberinto. La capa de arriba, de oro blanco se superpone a la inferior, de jade Burmés, formando los distintos caminos y pasajes de la figura. Se forman 52 ángulos distintos, que enfatizan la profundidad y belleza del laberinto.
El laberinto, como se representa aquí, forma una estructura en la que irónicamente perdemos la noción del tiempo y el espacio… para encontrarnos con nosotros mismos.
Twitter: @MGHUBARD