¿Te ha pasado que al llegar a un restaurante pides algo diferente a lo que tenías antojo? Esto no solo se debe a que la foto se ve muy rica, la música también influye en la elección del platillo que pides. Cada género musical provoca diferentes emociones que alteran la preferencia a distintos alimentos.
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La música genera muchas sensaciones al momento de escucharla. Y ahora, se descubrió que al tenerla como fondo puede cambiar el sabor de algún platillo. El cerebro se engaña al recibir ciertos impulsos eléctricos que hacen percibir un sabor más salado o más dulce. ¡Increíble, pero cierto!
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Si el sonido es bajo y agudo un platillo te puede parecer 10% más dulce. Cuando sin graves o altos, se percibe un sabor más amargo o condimentado. Por ejemplo, el jazz provoca que se te antojen ingredientes más dulces como un postre o un chocolate. También los mariscos se perciben más frescos si la música de fondo es con sonidos tranquilos, como el del mar.
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Antes solo comíamos por el antojo de algo que vimos u olimos. Pero ahora se puede decir que pedimos con la boca, los ojos y el oído. Y ya que sabes esto, procura escuchar la música de fondo del restaurante y checar que tu platillo sea como la teoría dice.
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