Una de las ventajas de vivir en la Ciudad de México (y cualquier ciudad grande en todo el mundo) es tener increíbles museos a tu alcance. A pesar del tráfico, la contaminación y muchas otras negativas, saber que un día puedes ir a un museo y perderte entre sus piezas era un consuelo, un oasis en medio del desierto.
Este año ha sido malo en muchos sentidos, pero el sector artístico y cultural se ha visto afectado como pocos. Las puertas de los museos han permanecido cerradas (en México desde marzo, en otros países desde antes) y además de toda la gente que no ha podido acercarse y no podrá hacerlo en mucho tiempo, las instituciones culturales se enfrentan a un futuro aún más sombrío.
La mejor manera de apoyar a los museos es hacerte miembro activo en su comunidad. Muchos museos tienen programas de lealtad en los que por una suscripción anual tienes derecho a distintos beneficios. Por ahora no hay manera de visitarlos físicamente, pero así como los bonos en restaurantes u hoteles, ellos pueden ofrecer oportunidades a futuro.
El gobierno mexicano ha destinado un millón de pesos por entidad federativa para sobrellevar la pandemia en el sector cultural, pero eso, aunado a las becas y los estímulos que han otorgado durante el año, no parecen ser suficientes ante el cierre de museos desde marzo y se estima que uno de cada diez museos que ha cerrado no abrirá sus puertas nuevamente.
A pesar de todo, el arte siempre estará con nosotros y no importa lo que suceda, eventualmente regresaremos a las salas, pero estas podrán verse muy distintas. aunque hay museos que han abrazado el entorno digital, muchos no tenían el tiempo ni el presupuesto para hacerlo, pero ahora no hay opción más que coexistir en el espacio físico y el digital.
Si regresamos a los museos antes de que exista una cura, seguramente habrá cupo limitado y un límite de tiempo por sala, algo que usualmente sucede en grandes exposiciones como en el Museo Jumex, pero ahora se verá replicado en todos acervos.
Recordemos que los museos son mucho más que las obras que ves en las paredes. Forman una red de consumo cultural impresionante, y mientras antes eran llamativas por que te permitían asistir a charlas que de otra manera no habrían existido, durante estos meses se han convertido en salas virtuales que han sido más accesibles que nunca, esto es algo que puede cambiar para bien, una mayor democratización de la cultura.
El arte ha perdurado desde el inicio de la humanidad y sin duda este no es su fin, pero las instituciones necesitan nuestra ayuda. Contacta a tus museos favoritos, desde la ayuda económica hasta los mensajes de aliento sirven en este momento.
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