Siendo una de las ciudades más grandes del mundo, la CDMX cuenta con muchísimos museos, por lo que hablar de belleza y arquitectura es muy fácil, lo que no es fácil es determinar cuál es el museo más hermoso. Esto podría recaer en el Museo del Banco de México. Este esplendor no solo se debe a su colección y exposiciones, sino también a la rica historia y la extraordinaria arquitectura del edificio que lo alberga.
El edificio fue construidó entre 1903 y 1905 por el arquitecto Theodore William Emile de Lemos y el ingeniero Gonzalo Garita y Frontera. Posteriormente fue remodelado y restaurado en 1926 por Carlos Obregón Santacilia y Federico Ramos. Esta remodelación imprimió al edificio una fusión única de estilos arquitectónicos, combinando elementos del eclecticismo, Art déco y neo-prehispánicos, que le confieren una identidad única y distintiva.
El exterior del museo es la culminación de estos estilos y una rareza que se impone en una de las zonas más bellas de la ciudad, pues justo en frente está Bellas Artes y cerca está el Palacio de Correos. La fachada principal, mirando hacia la avenida 5 de Mayo, se caracteriza por su simetría y un cuerpo central destacado por columnas de orden jónico. Los muros de la planta baja, inspirados en palacios franceses e italianos, presentan grandes sillares que le otorgan un aspecto sobrio y elegante. Asimismo, el conjunto escultórico de Manuel Centurión, que adorna el acceso principal, simboliza el trabajo y la abundancia, elementos centrales en la filosofía del Banco de México.
El interior del museo es igualmente impresionante. El vestíbulo está adornado con columnas de mármol negro, coronadas por un plafón con 15 casetones artísticamente decorados. La escalera imperial, con barandales en bronce y herrería estilo renacentista francés, conduce a los visitantes a través de espacios que combinan líneas quebradizas y semicirculares con materiales de hierro forjado y acero. Esta mezcla de estilos crea un ambiente que es tanto majestuoso como acogedor.
En 1927, el edificio fue reinaugurado como sede del Banco de México, convirtiéndose en un ícono del Centro Histórico y un referente importante tanto en la vida económica del país como en la historia de la arquitectura mexicana. En 1987, fue declarado Monumento Artístico, un reconocimiento a su importancia cultural y estética.
Los trabajos de restauración realizados en 2021 han sido fundamentales para preservar y resaltar la belleza original del edificio. Estos esfuerzos incluyeron la restauración de elementos arquitectónicos y decorativos en áreas clave como la sala Bancaria, el mezzanine y las bóvedas.
Una de las joyas del museo son los vitrales diseñados por el artista plástico Fermín Revueltas, un destacado representante del muralismo mexicano. Aunque su obra quedó inconclusa debido a su muerte, los vitrales reflejan vívidamente las fuerzas productivas del país y simbolizan el progreso y desarrollo económico de México. La recuperación del proyecto de Revueltas, con la participación de su familia y la comisión a un descendiente de la tradición vitralista del taller Montaña Hermanos, permite a los visitantes disfrutar de esta obra maestra como Revueltas la hubiera imaginado.
El Museo del Banco de México es un divertido y didáctico espacio para aprender de la historia del dinero, la manera en que lo hemos usado y la economía de México. Sin embargo, una de las razones para visitarlo es su imponente belleza, que no puede traducirse en palabras y es la prueba de que la arquitectura no solo mejora un espacio, lo puede volver inmortal.
Dirección: Av. 5 de Mayo 2, Centro Histórico
Sitio Web: Museo Banco de México
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