Por Alba Aguilar
Brasil es el segundo productor de té más importante en América del Sur, después de Argentina. El clima selvático de esta región propició que a principios de los años 1800, los portugueses trajeran esclavos chinos para que comenzaran su producción en este lado del mundo.
Cuando la esclavitud fue eliminada, la industria tuvo una severa recesión. Fue hasta inicios del siglo XIX, que inmigrantes japoneses llegaron al país con sus tradicionales técnicas y revivieron su elaboración. Hoy en día se producen tés verdes y negros, en la región de Registro (dos horas al sur de Sao Paolo) y en Paraná.
Así como en Portugal, los brasileños también le llaman al té “chá”. Esto se debe a que los portugueses tenían una colonia en China, lo que ahora conocemos como Macao, en donde se refieren así a la bebida.
¿Qué tal un delicioso chá para ver el próximo partido?