Por Alba Aguilar
Las bolsitas de té pasaron a la historia con la aparición de creativos e innovadores infusores. No hubo nadie que la reinventara e hiciera de ella algo atractivo hasta ahora. La marca taiwanesa de té Charm Villa convirtió la típica bolsita en curiosos depósitos en forma de peces.
Ahora, en vez de que el té sea un elemento ajeno a la bebida, un delicado pez se incorpora al escenario y hace suyo el recipiente… como si estuviera vivo. Las Goldfish Tea Bags tienen aletas, cola y hasta ojitos, que dan la ilusión de que hay un verdadero ser que le da vida a la bebida.
Lamentablemente aún no está disponible su venta online. Por eso, si se tiene algún amigo o familiar en Taiwán, hay que pedirle que los busque ¡y nos mande unos cuantos!