Al subir a la nueva Outlander PHEV no puedes evitar notar el inmenso espacio que encuentras en el interior. La SUV se ve imponente por fuera, pero no hace justicia a todo el espacio que encuentras en el interior. Sin duda se trata de un vehículo que fue pensado para darle la mayor comodidad, no sólo al piloto, sino a cada uno de los pasajeros que puede abordarla.
Y es que no fue pensada para ser un accesorio del hogar, sino para ir a todos lados sin pena y sin problemas. Esto es mucho más fácil entenderlo al saber que la Outlander PHEV (Plug in- Hybryd Electric Vehicle) es una camioneta híbrida y una de las mejores opciones para cualquiera que tenga una familia y viva en la ciudad.
Un vehículo eléctrico siempre es un salvavidas en la ciudad, pero con la autonomía de 54 kilómetros de la Outlander, puedes tener por seguro que puedes recorrer la ciudad y regresar a tu hogar con batería suficiente para cargarla nuevamente y hacer el mismo recorrido al día siguiente.
Si manejas a menos de 80 kilómetros por hora, la parte eléctrica de Outlander trabajará, evitando que uses gasolina, por lo que sólo al recorrer grandes avenidas (y eso si no hay tráfico) se activará el motor tradicional. Esta es la gran ventaja de Outlander, su precio se justifica pues mientras te limites a la ciudad, puedes evitar por mucho el consumo de gasolina.
Sin embargo queríamos probar el poder de Outlander PHEV en la carretera y nos sorprendió que hasta que no nos encontramos en el sur de la ciudad tomando la carretera hacia Cuernavaca, el motor permaneció en modo eléctrico. Al pisar el acelerador, Outlander demuestra su verdadero poder, rápidamente acelera gracias a su motor 2.4 L de gasolina. Al mismo tiempo sus asientos forrados en piel, de los cuales los delanteros cuentan con calefacción y su sistema de audio Rockford Fosgate con subwoofer y conectividad con Apple CarPlay te harán sentir en el viaje más ligero de tu vida y olvidarás el poder que llevas en tus manos.
Con 7 bolsas de aire, sistema de mitigación de impacto frontal, cámara de visión 360, control crucero adaptativo y freno de mano automático es imposible sentirse inseguro en la Outlander. Así nos sentimos al recorrer la carretera y regresar a la ciudad con el tanque casi lleno. Bastó con encontrar una estación de carga y darle unos minutos a la camioneta para dejar la batería al máximo y regresar a casa sin contaminar ni gastar gasolina.
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