*Foto propiedad de Telemundo
Parecería que con la ayuda a bote pronto en los centros de acopio y los voluntarios afilados por horas para remover escombros la emergencia después del sismo, pasó. Pero a más de una semana del 19 de septiembre aún nos queda un largo recorrido para construir el México que queremos, no regresar al que teníamos sino avanzar y formar un país con lo que aprendimos este último mes.
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Hay zonas en Puebla donde los damnificados tienen que dormir en las calles por miedo a la rapiña. Mientras que en Oaxaca las familias no tienen ni lonas para cubrirse de la lluvia, pues perdieron sus casas. Incluso los niños no pueden regresar a la escuela porque el sismo las destruyó. De acuerdo con Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, los sismos de septiembre de 2017 dejaron 150 mil casas en pérdida total del inmueble, esto sin contar los edificios perdidos en la Ciudad de México.
Así que tenemos mucho trabajo por hacer como sociedad y no aflojar el paso en las siguientes semanas. Las cuales son las más críticas para el proceso de recuperación, donde debemos asegurarnos que los mexicanos que se quedaron sin vivienda, reciban una digna. Aquí te explicamos por qué esta etapa es tan decisiva para el país post sismo.
Regreso a la rutina, ¿normalidad?
El lunes 25 de septiembre las actividades se reanudaron completamente en la ciudad, a excepción de algunas escuelas por las delegaciones donde se encuentran y los daños causados a comercios. Pero esto no quiere decir que la ciudad regresó a la normalidad, solo regresó a la rutina porque la ayuda todavía se necesitará por meses. Además esto significó menos voluntarios que ayudaran en los centros de acopio, albergues y comunidades afectadas fuera de la CDMX. No hay que olvidar a todos los damnificados y el camino que queda por construir.
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Menos víveres
A una semana del sismo del 19 y a dos del 7 de septiembre, es cuando los víveres comienzan a acabarse y los damnificados se quedan desamparados. Así el hambre y el frío se intensifican, pues lo que se ha enviado hasta ahora solo sirve para unas semanas y no los meses de reconstrucción que quedan. Por tanto, no hay que dejar de llevar víveres a los centros de acopio y donar.
Cierre de albergues
Ya que pasó la emergencia, los albergues pasan a segundo plano. Esto aunado a que la ayuda de víveres y voluntarios disminuye, por tanto no hay cómo mantener los albergues. Así que cuanto antes se debe garantizar que las personas que se quedaron sin casa por el sismo, tengan un refugio y posteriormente una nueva vivienda.
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Garantizar que víveres lleguen a su destino
Tráilers llenos de toneladas se envían a las zonas damnificadas del país, pero se ha visto cómo asaltan estos transportes. Por lo cual, desgraciadamente la sociedad y las fundaciones tienen que vigilar con métodos de transparencia en las organizaciones, que estos recursos donados lleguen a quienes lo necesitan y no sean tocados por el gobierno o criminales.
Código de construcción
De acuerdo con el plan que el periodista Alejandro Hope publicó en El Universal, este sismo deja como tarea a la sociedad civil revisar el Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal, “los planes de desarrollo urbano, las normas de zonificación y los mecanismos de verificación”. Solo así se podrán lograr mayor seguridad en las construcciones y así garantizar que menos vidas se pierdan durante un sismo.
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Ayuda temporal
Se debe recordar que el hecho de entregar víveres es una solución a corto plazo y una gran ayuda para los damnificados, pero no garantiza el bienestar de estas personas en desventaja en el futuro. Es decir, dejar las cosas en los víveres no sana a largo plazo, por ello se necesita construir viviendas resistentes a desastres naturales y generar empleos. Sobre todo que el ánimo por reconstruir un México mejor, no pare, ya que para lograr el objetivo se necesita del interés y esfuerzo de todos los mexicanos. Por ejemplo, apoyar y generar más iniciativas como las de estas personalidades, es parte esencial en el proceso.
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