Mejora tu postura con 5 minutos de ejercicio somático

Por el trabajo o la escuela muchas veces es necesario pasar bastante tiempo sentados en un escritorio, lo que puede llevar a una mala postura. El cuerpo está diseñado naturalmente para mantenerse en movimiento, por lo que estar sentados durante tanto tiempo puede provocar encorvar la espalda, lo que causa dolor y estrés. Mantener una buena postura es fundamental para la salud, pero el ajetreo de la semana y las obligaciones laborales pueden hacer que olviden dedicar tiempo a convertir el ejercicio en un hábito, lo cual es esencial para prevenir lesiones en las articulaciones, músculos y huesos. Por ello aquí te hablaremos de los ejercicios somáticos, que no sólo te ayudarán a mejorar tu postura, también aliviará el estrés acumulado. 

¿Qué es el ejercicio somático?

El término “soma” proviene del campo más amplio del movimiento somático. Según Healthline, el término soma describe “cualquier práctica que utilice la conexión mente-cuerpo para ayudarte a explorar tu yo interno y escuchar las señales que tu cuerpo envía sobre áreas de dolor, incomodidad o desequilibrio”. 

Este tipo de conexión se puede acceder a través de ejercicios como pilates o yoga, piensa en prácticas lentas que conectan la respiración con el movimiento, pero principalmente se practica a través del estiramiento. Durante el ejercicio somático, tu intención es conectar verdaderamente con tu cuerpo y comprender lo que necesita internamente, en lugar de moverte para realizar un cierto número de repeticiones o enfocarte en factores externos. 

La práctica implica estar en sintonía con tu cuerpo, pensar en los músculos que estás activando y sentir dónde se encuentra la tensión en tu cuerpo. Al hacerlo, accedes a la energía somática, permitiendo que tus necesidades internas guíen el movimiento de una manera que elimina la tensión, en lugar de obligar a tu cuerpo a moverse de cierta manera por el simple hecho de moverse.

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Foto de Dane Wetton en Unsplash

¿Cuáles son los beneficios del ejercicio somático? 

El ejercicio somático se ha utilizado para aliviar el dolor crónico porque puede aumentar la conciencia de las señales del cuerpo y el autocontrol de los síntomas. La terapia somática también es un método para liberar el trauma que se almacena en el cuerpo; sí, el cuerpo puede retener emociones que no se han liberado (muchas mujeres, en particular, experimentan caderas tensas debido a emociones almacenadas). 

El Dr. Bessel van der Kolk, uno de los principales expertos mundiales en trauma, enseña que el trauma literalmente remodela el cuerpo. Incluso si no experimentas dolor crónico o crees que tienes tensión relacionada con emociones almacenadas, el ejercicio somático puede ser beneficioso. Este tipo de ejercicio puede ayudar desde la postura hasta el fortalecimiento muscular porque te permite crear nuevos hábitos musculares; básicamente, reconfigurando la memoria muscular y cómo reaccionan tus músculos.

No solo puede ayudarte a fortalecer los músculos correctamente, sino que también puede mejorar la movilidad, el equilibrio y la coordinación. Pero, independientemente del motivo, nunca está de más sintonizar con tu cuerpo por el bien de la curación, ya sea física o mentalmente.

5 ejercicios para la postura que podrías probar

Expansión de pecho

  1. Párate con los pies separados a la altura de las caderas.
  2. Entrelaza los dedos de las manos detrás de la espalda, manteniendo los brazos estirados.
  3. Inhala profundamente y al exhalar, comienza a inclinarte hacia adelante desde la cintura mientras elevas suavemente los brazos hacia arriba y hacia atrás.
  4. Mantén los brazos y las manos cerca de la espalda mientras te inclinas hacia adelante. Deja que la cabeza y el cuello se relajen.
  5. Siente cómo se abre y expande el pecho mientras mantienes esta posición.
  6. Mantén la postura durante varias respiraciones profundas, permitiendo que el pecho se abra aún más con cada inhalación.
  7. Para salir de la postura, inhala lentamente y levántate de nuevo a una posición vertical, llevando los brazos hacia adelante.

La postura de esfinge

  1. Acuéstate boca abajo sobre tu tapete con las piernas estiradas y los pies separados a la anchura de las caderas.
  2. Coloca las manos a ambos lados del cuerpo, debajo de los hombros, con las palmas hacia abajo y los codos cerca del cuerpo.
  3. A medida que inhalas, presiona las palmas de las manos y las caderas en el suelo mientras levantas suavemente la cabeza y el pecho del suelo. Mantén los codos doblados y cerca del cuerpo.
  4. Mantén la mirada hacia adelante, sin forzar el cuello hacia atrás.
  5. Siente el estiramiento en la parte frontal del cuerpo y la suavidad en la parte baja de la espalda.
  6. Mantén la postura durante unos 15-30 segundos, respirando de manera suave y constante.
  7. Para salir de la postura, exhala lentamente mientras bajas el pecho y la cabeza hacia el suelo, y relajas los brazos a los lados del cuerpo.

Puppy Pose

  1. Comienza en una posición de cuatro patas en la esterilla, con las manos debajo de los hombros y las rodillas debajo de las caderas.
  2. Desde esta posición, mantén las caderas sobre las rodillas y camina las manos hacia adelante, extendiendo los brazos mientras bajas el pecho hacia el suelo.
  3. A medida que bajas el pecho, permite que tu frente descanse suavemente en el suelo o en la esterilla. Si esto es incómodo, puedes apoyar la frente en un bloque de yoga o en una manta doblada.
  4. Mantén los brazos extendidos y activos, sintiendo el estiramiento en los hombros y los brazos. Mantén también la conexión con el suelo a través de las palmas de las manos.
  5. Respira profundamente y relájate en la postura. Puedes mantener esta posición durante varios respiraciones, permitiendo que la columna se alargue y que los hombros se abran.

Por: Odalis Flores