Marcos Eymar escribe Hendaya desde la frontera
Supo que quería escribir desde los siete años

Por Mary Gaby Hubard

Marcos Eymar, un joven escritor español, realizó su segunda visita a México para promocionar su más reciente trabajo: Hendaya. Un libro, que cruza fronteras físicas, políticas, lingüísticas y narrativas mediante la historia de Jacques Munoz, un hombre que viaja de Francia a Madrid, siempre cargando una enigmática maleta. En estas travesías, el personaje redescubrirá su pasado acompañado de una serie de personajes emblemáticos capaces de fascinar a cualquier lector.

Ésta es la primera novela de Eymar, un thriller que involucra al lector en la historia de forma excepcional. No se pierdan nuestra entrevista con el autor.

¿Por qué quisiste ser escritor?

Empecé a escribir cuando tenía siete años. Me acuerdo exactamente de mi primer cuento, que se llamaba “La media noche de jamón de York”.  Recuerdo que lo leí en clase y todo mundo se rió muchísimo con la historia. Y a partir de ese momento, descubrí que a través de la escritura se podían transmitir emociones y provocar reacciones en la gente y desde entonces empecé a hacerlo. Tengo muchísimos cuadernos de historias que escribía entonces, llenas de faltas de ortografía. Incluso me creé una editorial que se llamaba “Ediciones Misterio” y ponía el título original en un inglés fantasioso que luego traducía supuestamente al español. Incluso antes de saber qué era la literatura, me encantaba escribir.

¿Por qué escribiste Hendaya?

Había escrito antes un libro de cuentos. Y me interesaba escribir una novela, ya había escrito una  pero afortunadamente, la dejé en un cajón y no se publicó. Y bueno, como yo en esa época (cuando la escribió) vivía en Francia pero hacia muchas idas y vueltas entre Madrid y París, me encontré con muchos inmigrantes españoles que se habían ido de España a Francia en los años 50s y 60s.  Y como el trayecto duraba 13 horas, a lo largo de esos viajes me contaron muchas historias muy interesantes y además me fascinó la manera en que mezclaban el francés y el español. Eso, y la idea de reflejar un poco mi propia vivencia entre dos países y dos culturas. Ahí sentí que había material para una novela. Así nació Hendaya.

¿De dónde salieron tus personajes?

Me inspiré en algunas historias que me contaron pero no se puede decir que los personajes tengan un equivalente en la realidad. Cada uno representa algo. Jacques Munoz, el protagonista, representa un hijo de emigrantes desarraigados cuyo símbolo sería la falta de la “ñ” en su apellido y la búsqueda de sus orígenes. Luego, Eusebio es el que más directamente está inspirado en las personas que encontré en el tren porque es un emigrante que precisamente mezcla el español y el francés pero que al mismo tiempo siente una gran nostalgia por su juventud en España. Luego está la madre Soledad, que representa a una mujer que intenta olvidar el pasado para integrarse en la sociedad sin éxito por otra parte. Y luego el personaje de la María josé que es un ejemplo de una española pura, de alguien que no tiene esos conflictos de identidad pero que al final de la novela se refleja que es más bien una ilusión y que en realidad es un personaje que ha vivido también el desarraigo.

¿Consideras que te pareces a alguno de ellos?

Yo creo que me parezco un poco a todos y a ninguno. Probablemente en el fondo al que más me parezco es a Jacques. Y por eso es el protagonista, porque siento que tengo algo en común con él. Me identifico por su manera de vivir entre dos países.

Considero que sientes cierta fascinación por el bilingüismo franco español. Y para tu personaje uno de los dos idiomas está censurado, para ti ¿alguno de los dos es prohibido?

Yo nací en España, no en Francia y afortunadamente no me vi enfrentado a esa situación. Pero lo que ocurre cuando uno ya lleva mucho tiempo en un país (él vive en Francia)es que se produce un fenómeno muy curioso, en el que uno empieza a alejarse de la lengua materna y verla desde fuera. Eso al principio da mucho miedo, porque uno se da cuenta que la puede perder.  Creo que de esa experiencia viene la relación con el lenguaje que aparece en la novela.

Hay una cita, en Hendaya que dice “Creyó que su historia era incuestionable porque aún no la había contado” ¿te pasa lo mismo cuando escribes?

Creo que ése es un fenómeno interesante porque cuando tienes una historia dentro, piensas que es algo fundamental, que tienes que escribir y luego cuando la ves impresa sientes alivio porque se ha liberado algo que te perseguía desde hace mucho. Pero por otro lado hay esa decepción secreta, cuando uno se da cuenta de que lo has plasmado, pero en el fondo nada fundamental ha cambiado. Creo, que la cita que has señalado refleja un poco esa paradoja. Uno tiene que escribir algo porque es muy importante para uno mismo, pero al mismo tiempo cuando lo escribes no hay una reacción inmediata. Hay más bien una reacción diferida porque no sabes exactamente qué es lo que los lectores reciben. Quizá reciben cosas que uno no había previsto.

¿Cuánto tiempo te tardaste en escribirla?

Tres años aproximadamente.

 ¿Crees que el contenido de la maleta sea distinto para cada lector? 

Pues sí, y en el fondo esa maleta que viaja entre París y Madrid, que pasa de manos y al final nunca sabes cuál es la auténtica es un poco el símbolo del lenguaje. Plantea qué se oculta detrás del lenguaje, detrás de la lengua materna. Esa es la pregunta que obsesiona a Jacuqes y finalmente, se da cuenta de que no hay un único secreto. Que  el enigma nunca se resuelve porque al fin y al cabo nosotros somos también lenguaje y somos un enigma para nosotros mismos.

¿Por qué elegiste narrar la historia así, en segunda persona, haciéndole creer al lector que le estás hablando a él? 

Bueno, ese uso de la segunda persona juega con la ambigüedad. Cuando uno lo lee, en principio piensa que el escritor se dirige al lector. Y me interesaba crear ese efecto de interpelación y que la voz narrativa hiciera que el lector se sintiera involucrado. Pero también creo que es una forma de subrayar el desdoblamiento que sufre el protagonista porque es una persona que vive entre Francia y España, entre el pasado y el presente y lo que se me ocurrió para reflejarlo a nivel narrativo fue combinar la segunda y la tercera persona.

¿Qué representa para tí Hendaya? 

Bueno, Hendaya representa la frontera. Ese lugar desde el cual me gustaría escribir. Es una novela que quiere estar escrita desde ahí. Porque yo de alguna manera, después de tanto tiempo en el extranjero me siento un habitante de la frontera, entonces quizás sea una manera de convertir ese espacio en un lugar habitable.

Twitter: @MGHUBARD