Si estás buscando un spot perfecto para un viernes en la noche o el fin de semana, te tengo buenas noticias porque ya lo encontré por ti. Ubicado en la calle de Veracruz en la colonia Condesa, se encuentra Maleza, un experimento de libertad culinaria donde se reúne un equipo con enorme talento, bajo el liderazgo de la chef Christina Lecki y el sommelier y mixólogo Dan Greenbaum.
El origen del proyecto nace de la necesidad de Casa Cuenca, un hotel boutique que necesitaba un servicio de comida y bebidas para sus huéspedes. Sostenibilidad, calidad, originalidad, sencillez, comunidad, son los valores de Casa Cuenca y Maleza.
Christina decidió venir a México, donde encontró una nueva ventana para la investigación y la experimentación culinaria y decidió quedarse, fascinada con los ingredientes y técnicas de la cocina mexicana. Maleza es un proyecto donde goza de libertad total para construir su propuesta.
Con una oferta de desayuno, comida y cena, el menú es verdaderamente propositivo. En mi caso fui a cenar un viernes por la noche, encantada del ambiente, la música, la tranquilidad y el excelente servicio, empecé por un Flan de queso maduro con escabeche de hongos que me dejó sin palabras y que tienes que pedir en tu visita a Maleza, otra de la entrada que pedí, fue la tostada de ensalada ranch, y una ensalada verde, con rábano, sandia, aderezo de mostaza y miel, tres entradas perfectas para compartir, y para el centro.
Para madirar no dejes de pedir la carta de vinos porque es diversa y está llena de sorpresas. Para Dan, los vinos deben establecer un diálogo con los alimentos para construir una experiencia valiosa para los comensales. De hecho si anda Dan por Maleza, que seguramente sí te recomiendo que platiques con él para que te de sus sugerencias, y te cuente un poco más de su historia.
De plato fuerte no puedes dejar de pedir, el róbalo en hoja santa, beurre blanc y chochoyotas, un sabor sumamente fresco, y la cocción del pescado perfecta. Para los que prefieren algo más arriesgado el cachete de res, relish de betabel y puré de apionabo es una excelente opción, está tan bien su punto que no vas a necesitar ni cuchillo para comerlo.
Aunque no tuve la suerte de probarlas sus papas crujientes dicen que son un must y no pueden faltar en tu orden.
Pasamos al tercer tiempo, el postre, uno de los favoritos por muchos, tienes que pedir, el pastel de chocolate y el panqué de manzana, uno mejor que el otro, pero definitivamente vale la pena cada una de las calorías.
El concepto es claro: una cocina con alma, donde los protagonistas son ingredientes de pequeños productores y agricultores de la cuenca del Valle de México, todo con la magia de Dan y Christina y el aprendizaje que ha tenido en México luego de vivir cinco años aquí.
Si estás buscando un lugar diferente con rica comida, buen ambiente, Maleza es una parada obligatoria: