Era de esperarse que uno de los personajes más comentados del momento también tuviera su lista de restaurantes favoritos en una ciudad a la que le compuso una canción. Te compartimos lo que es prácticamente la guía de Taylor Swift de restaurantes en Nueva York.
Incluso con una agenda cubierta, siempre hay espacio para una buena comida. Y en los últimos meses hemos visto a la artista cenar con su séquito de celebridades (incluyendo a sus amigas Blake Lively, Selena Gomez y por supuesto, su pareja, Travis Kelce). Entre la lista de los lugares aprobados por Taylor Swift se encuentran algunos de los restaurantes más icónicos de la Big Apple, así como algunos hot spots del momento.
7 restautantes must en NY (según Taylor Swift y otras celebridades)
Via Carota
Este es no de los favoritos para otras celebridades como Maggie Gyllenhaal, Jennifer Lawrence y Andy Cohen. Desde su apertura en el 2014, se sabe que esta trattoria de West Village es un lugar al cual es difícil de entrar.
Con puertas abiertas todos los días para cenar en el interior o en su terraza, Via Carota sólo ofrece reservas limitadas en línea con 30 días de anticipación, y aunque la llegada es sin cita previa y en horas pico el tiempo de espera puede ser de tres horas, muchos comensales están dispuestos a hacer fila para el cacio e pepe, el pappardelle con ragú, un negroni, la svizzerina (un bistec parecido a una hamburguesa cortado a mano), el conejo frito o cualquier opción de pescado completo preparado por los chefs Jody Williams y Rita Sodi.
Emilio’s Ballato
Es verdad, no puedes hacer una reserva en Emilio’s Ballato, pero puedes llegar (de preferencia muy temprano y entre semana) y esperar conseguir una mesa.
Tu paciencia será recompensada con una excelente comida italiana con salsa roja en lo que se conoce como “una institución de Nueva York”, cuyo prestigio está confirmado por Barack Obama y Rihanna, quienes también aman pasar el rato aquí. Entre las especialidades de este lugar de estrella Michelin, encuentras el pollo Emilio (una chuleta de pollo delicadamente empanizada y cubierta con salsa de limón y alcaparras) y la oreganata de almejas salpicadas de pan rallado con ajo.
Las crujientes cáscaras de cannoli rellenas de crema de ricotta teñida de vainilla y canela son la perdición dulce del lugar.
Minetta Tavern
Este spot clásico en Greenwich Village tiene su propia historia, pues sirvió como un punto de encuentro popular entre escritores de la talla de E.E. Cummings, Ernest Hemingway, Eugene O’Neill y Dylan Thomas.
En el 2009, The New York Times le dio sus tres estrellas a este restaurante con estrella Michelin, que de describe como un espacio en el que “el asador parisino se encuentra con la clásica taberna de la ciudad de Nueva York”. Ante todo, este es un restaurante de carnes, pero los mejores asientos están en el bar, donde querrás pedir un cóctel y ver a la gente pasar.
Fouquet’s
La sucursal de Tribeca de un restaurante parisino catalogado como monumento histórico francés desde 1990, que es la sede de la cena de Gala posterior a la ceremonia de los premios de cine César.
Es difícil determinar el platillo must, pero lo que hace famoso a Fouquet’s son sus postres: los profiteroles cubiertos con almendras Polignac y ganache de coñac compiten con el exclusivo milhojas con cremosa natilla de vainilla entre finas capas de masa dorada.
Mulberry Bar
Sabemos que Mulberry Street es la calle icónica en el Bajo Manhattan, que alguna vez fue el corazón de Little Italy hasta el siglo XX. El año pasado llegó un nuevo hotspot a la ciudad con una inauguración a la que atendieron Brad Pitt y Margot Robbie en plena semana de la moda.
Era natural que este bar en SoHo se convirtiera en un lugar a donde es difícil de entrar. Sin embargo, muchos opinan que aquella pantalla en la entrada se disuelve en un “cálido abrazo” con iluminación tenue, piso de ajedrez y murales de Emelie Törling. Con un dúo de DJs que te hacen querer quedarte parado bailando toda la noche, este es el lugar para ver y ser visto.
Temple Bar
Este bar surgió como un pub familiar en el corazón de Dublín. Famoso por su servicio inigualable, su increíble música tradicional irlandesa y sus amplias colecciones de whisky y cerveza; llegó a Nueva York para ser reinterpetado al estilo de La Gran Manzana.
Cerró en 2017 después de 28 años de servir sus martinis imperdibles y palomitas de maíz gratis en el vecindario NoHo, pero reabrió en 2021 para recibir a los invitados con cócteles contemporáneos con champaña, mocktails y hasta clásicos modernos como el Penicillin. Algunas personas piden una capa de caviar en su martini.
The Waverly Inn
Usando la alta cocina para reinterpretar la comfort food estadounidense con cócteles en un espacio club en West Village, el lugar comenzó como un club de comidas semiprivado exclusivo para el ex editor de Vanity Fair y sus numerosos amigos del mundo del espectáculo y las publicaciones. Y es que sólo podías entrar a uno de los restaurantes del momento de Nueva York si eras lo suficientemente VIP como para conseguir su número privado. Con sus historias legendarias como un lugar desde 1920 perfecto para una fiesta de la prohibición (antes de ser The Waverly Inn), algunos lo tachan de ser más reconocido por su escena que por su cena. Pero en su menú destaca el chicken pot pie y el pollo amish asado servido con hongos trompeta negros.
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