Cada 20 de marzo se celebra el Día Internacional de la Felicidad, una fecha establecida por la ONU para reconocer la importancia del bienestar en la vida de las personas en todo el mundo. A pesar de ser una de las emociones más anheladas por el ser humano, la felicidad también es una de las más difíciles de definir. Su naturaleza subjetiva y la influencia de factores culturales, económicos y sociales hacen que medirla sea un reto. Aun así, diversos estudios y encuestas globales han intentado ponerle cifras y métricas a este sentimiento universal.

¿Se puede medir la felicidad?
Desde una perspectiva científica, la felicidad se asocia con el bienestar subjetivo, que combina dos dimensiones principales:
- Bienestar emocional: Cómo nos sentimos en el día a día, incluyendo emociones positivas como la alegría y la satisfacción, así como la ausencia de emociones negativas como la ansiedad o la tristeza.
- Bienestar evaluativo: Nuestra percepción general de la vida, en la que consideramos aspectos como logros personales, relaciones interpersonales y estabilidad económica.
Las neurociencias también han explorado la felicidad a nivel biológico, identificando que la producción de neurotransmisores como la dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas juega un papel clave en nuestra sensación de felicidad y placer.
¿Cómo se mide la felicidad en el mundo?
A pesar de ser subjetiva, la felicidad ha sido objeto de estudio a través de encuestas globales que intentan medir el bienestar en diferentes países. Algunas de las herramientas más reconocidas incluyen:
Índice Mundial de la Felicidad (World Happiness Report)
Publicado anualmente por la ONU, este informe clasifica a los países según el nivel de felicidad de su población. Se basa en factores como:
- PIB per cápita
- Apoyo social
- Esperanza de vida
- Libertad de elección
- Generosidad
- Percepción de corrupción
Países como Finlandia, Dinamarca y Suiza suelen encabezar la lista, reflejando sociedades con altos niveles de bienestar y estabilidad.
Índice de Bienestar Subjetivo (Gallup World Poll o La Escalera de Cantril)
Esta encuesta global pregunta a personas de diferentes países qué tan satisfechas están con sus vidas en una escala del 0 al 10 y cómo perciben su vida a futuro. Además, mide emociones diarias como la alegría, la preocupación y el estrés, proporcionando una visión más detallada del bienestar emocional de cada región. Después de recopilar las respuestas de miles de personas en todo el mundo, los resultados se promedian para obtener una puntuación nacional.
Fue desarrollada por el investigador Hadley Cantril en 1965 y consiste en una pregunta sencilla pero poderosa:
“Imagina una escalera con diez peldaños. El primer peldaño (0) representa la peor vida posible para ti, y el décimo peldaño (10) representa la mejor vida posible. ¿En qué peldaño dirías que te encuentras hoy?”
Índice de Felicidad Nacional Bruta (FNB) – Bután
Este pequeño país asiático desarrolló un enfoque alternativo al PIB para medir el desarrollo, basado en el bienestar espiritual, social y ambiental de su población. Incluye variables como:
- Salud mental
- Conservación del medio ambiente
- Cultura
- Nivel de educación y valores comunitarios
El FNB refleja un modelo donde el bienestar humano es prioridad sobre el crecimiento económico. Aunque este índice es exclusivo de Bután, su filosofía ha inspirado a otros países a considerar el bienestar como un factor clave en la evaluación del progreso.
Los países más felices del mundo
Cada año, los reportes globales revelan cuáles son los países con mayor felicidad. Según el World Happiness Report 2024, los cinco países más felices fueron:
- Finlandia (por séptimo año consecutivo)
- Dinamarca
- Islandia
- Suiza
- Países Bajos
México ocupa el puesto número 25 en la clasificación, mientras que Afganistán sigue ocupando el último puesto de la clasificación del mundo por séptimo año consecutivo.
La felicidad es medible, pero también subjetiva
Si bien existen herramientas que intentan medir la felicidad a nivel mundial, esta sigue siendo una experiencia personal influida por muchos factores. Por un lado, comprender qué hace felices a las sociedades más prósperas puede darnos pistas sobre cómo mejorar nuestro propio bienestar. Por otro lado, países en crisis económica o con conflictos políticos suelen obtener puntuaciones más bajas. En resumidas cuentas, la felicidad no es solo un número, sino un reflejo de la vida que construimos con lo que tenemos y percibimos cada día.
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