Los museos más raros del mundo: desde ovnis a pinturas que salieron mal

Estamos acostumbrados a que un museo sea un espacio dedicado al arte, a las piezas antiguas o las creaciones culturales de otra época. Pero también hay museos un poco más extravagantes con protagonistas ordinarios de la vida diaria (o seres de otros planetas). En esta lista repasamos los espacios más raros del mundo, en los que no verás obras maestras, pero sí objetos que ya han adquirido un valor extraordinario por su temática, origen o lugar en el que se encuentran.

Cuáles son los museos más raros del mundo

Museo Subacuático de Arte

No necesitamos ir fuera del país para hallar este espacio bajo del mar (como si hubiera sido creado por algún personaje de La Sirenita). Este museo está en Cancún, y se trata de una colección de estatuas sumergidas a una profundidad de entre 3 a 6 metros. Las casi 500 obras representan a residentes e incluso celebridades. Y por supuesto, necesitas equipo especial para descender hasta él. Si te interesa visitarlo, se encuentra en el Parque Marino Costa Occidental Isla Mujeres.

Museo Internacional del OVNI

A los cazadores de objetos voladores no identificados les encantará visitarlo. Está ubicado en Roswell, Nuevo México, donde se dice que se estrelló un disco volador en 1947 y luego el ejército negó todo. Fue inaugurado en 1991 para albergar todo lo relacionado con extraterrestres, ovnis y conspiraciones del espacio. Tiene tanto éxito que representa la mayor fuente de ingresos de la localidad. Apenas en 2023 celebró 5 millones de visitantes en toda su historia.

Museos del excremento

Si te interesan estos temas escatológicos, tienes dos opciones: el National Poo Museum, que está en Wight, al sur de Reino Unido. Se inauguro apenas en 2016 y muestra todo tipo de desechos (eso sí, depositados en frascos con resina): desde heces humanas hasta de animales como leones o de seres que vivieron hace millones de años. Por su parte, en Tokio puedes ver el Unko Museum, igualmente dedicado a la caca, pero en un entorno más lúdico y colorido, incluso con referencias pop.

The Museum of Bad Art

Porque las piezas fallidas de arte también merecen un escaparate, este museo exhibe más de 600 obras que podrían catalogarse como malas, ya sea por su mala ejecución o porque quien la hizo de verdad no tenía idea de lo que hacía. La idea comenzó en los 90s, cuando un hombre encontró un mal cuadro en la basura. Él quería tirarlo, pero su amigo lo convenció de conservarlo y buscar otros igualmente desafortunados. Puedes encontrarlos en un sótano de un cine experimental, a las afueras de Boston.

The Burnt Food Museum

Tus platos quemados podrían estar en este espacio de los museos raros. La idea fue de Deborah Henson-Conant, quien una noche en los 80s preparaba sidra caliente, pero por un descuido, solo obtuvo ingredientes quemados. A partir de ahí se obsesionó con los accidentes de cocina, y desde entonces los exhibe en tours privados.