Olvidar algo es normal de vez en cuando: no saber dónde dejaste las llaves, problemas para recordar un nombre o simplemente borrar de tu mente qué hiciste hace unos días. Esta pérdida en la capacidad para recordar suele ser leve y muchas veces asociada al envejecimiento, es decir, al paso de los años. Pero hay algunas actividades diarias que no ayudan en nada. Es más, si dejas de hacerlas, podrías minimizar esa pérdida de recuerdos. Por eso, te decimos cuáles son los hábitos que dañan tu memoria y cómo combatirlos.
Actividades que están dañando tu memoria
Estar mucho tiempo sentado
Mucho se ha dicho sobre las consecuencias de este hábito: desde debilitamiento de tu columna hasta una mala circulación de la sangre en las piernas. Pero a nivel de la memoria, se relaciona con la actividad física, que implica la liberación de sustancias benéficas para el cerebro, así como su incremento en el sistema de vasos sanguíneos. Pero moverte también requiere coordinación en la que mente y cuerpo deben trabajar juntos para conseguir su objetivo. De hecho, expertos en salud refieren que la inactividad es un factor de riesgo para desarrollar demencia.
No descansar
Mucho se habla de la importancia de descansar, no solo de dormir. La falta de sueño de calidad tiene afectaciones inmediatas, como fatiga, falta de concentración e irritabilidad, pero con el tiempo, también influye en nuestros recuerdos, pues es durante el sueño que se reactiva la memoria y se retiene todo aquello que aprendimos, según Charan Ranganath, autor del libro Por qué recordamos. Por ende, si nos saltamos esta actividad, tendremos menos recuerdos en la cabeza. ¿Y cómo evitarlo? Con una higiene del sueño, que va desde los consejos como dormir a la misma hora hasta evitar cafeína, alcohol y las pantallas antes de ir a la cama.
Dejar de buscar nuevas experiencias
El cerebro es un músculo al que hay que estimular con actividades diferentes. En la medida en que esto sucede, se van creando recuerdos que se fijan en la memoria en función del nivel de importancia que tuvo la experiencia. Pero si se cae en la monotonía o no se aprende algo de forma continua, entonces el cerebro comienza a estancarse y pronto se olvidarán las cosas. La forma de evitar esto es rehuyendo a la rutina y a las mismas actividades de la misma forma. El ejemplo más claro es el cambio constante en la contraseña del celular: no solo implica seguridad digital, sino que activa el cerebro y por tanto la memoria.
Ser multitask
Este podría ser el extremo del punto anterior. De acuerdo con Ranganath, que además es neurocientífico, hacer varias cosas a la vez empantana el proceso de recordar, pues evita que el cerebro logre completar actividades de forma eficiente con tantos estímulos a la vez. Inténtalo: contestar un mail mientras se escucha música y se tiene una conversación con alguien hará que, tarde o temprano, olvides algo de todo es proceso. La solución es hacer una actividad, concluirla y empezar otra, así como quitar distractores (como las alertas del celular).
No ejercitar la memoria
Esto puede suceder porque confiamos en nuestra capacidad para recordar, aunque es de los hábitos que dañan tu memoria. ¿Cuántas veces no pensamos que tenemos una excelente retención? Pero esto puede cambiar con el paso del tiempo. Para evitarlo, hay que estar ejercitando la capacidad que tenemos para recordar ¿Cómo? Por ejemplo, trayendo de vuelta de manera constante información que pareciera no vamos a necesitar pronto: el nombre de una persona, un número de teléfono o algún otro elemento. Si en una fiesta mencionas tres o más veces el nombre de la persona que acabas de conocer, estarás ejercitando tu memoria.
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