La música popular siempre crece a través de los mitos, las historias que se crean, exageran y reproducen de manera oral han sido parte de nosotros desde siempre, pero cuando elevamos a los músicos al nivel de semidioses, estas historias son aún más persistentes.
El rock no nació de la nada, tiene sus orígenes en el blues estadounidense, música de protesta que habla de la condición humana, que nació en los barrios de hijos de esclavos en Estados Unidos y que dio un salto a Inglaterra donde se fusionó con muchos otros estilos.
Entre músicos y bandas, las influencias eran casuales, y cuando bandas como The Rolling Stones o Led Zeppelin eran las más famosas del mundo, el rock ya tenía una mitología con raíces, sin embargo, gran parte de esta historia siempre llevaba a un mismo lugar, Estados Unidos, y a un hombre, Robert Johnson.
Robert Johnson es considerado el abuelo del rock (con Chuck Berry conocido como el padre), y aunque al escucharlo su música no te recordará a las guitarras eléctricas y distorsionadas del rock clásico, sí te demuestra cómo es que este músico, por mucho tiempo desconocido, hoy es un mito moderno.
La vida de Johnson ha intentado registrarse oficialmente, pero muchos elementos de su biografía son suposiciones. Se sabe que nació en 1911 en Misisipi, que pasó gran parte de su vida en esa zona y que murió en 1938 a la edad de 27 años, comenzando el conocido “Club de los 27”, la edad mítica en el que músicos como Kurt Cobain, Jim Morrison, Jimmy Hendrix, Amy Winehouse y más.
La leyenda cuenta que Robert Johnson quería ser un gran músico, por lo que alguien le dijo que fuera, guitarra en mano, a un cruce de camino cerca de una plantación durante la noche. Al hacerlo un hombre (el diablo) se acercó a Johnson, le pidió su guitarra y la afinó, dándole la capacidad de tocar como nadie lo había hecho.
Se sabe que Johnson grabó sólo dos sesiones en el estudio, donde completó 29 canciones de las que sólo se conservan 13, pero esas canciones fueron suficientes para hacer que décadas después de su muerte ganara un Grammy, fuera introducido al Salón de la fama del Rock & Roll y entrara en la lista de los mejores guitarristas de la historia según Rolling Stone.
El estilo de Robert Johnson es el del Delta Blues, una de las formas de blues más antiguas, donde la guitarra y la armónica son predominantes y a veces son los únicos instrumentos de las canciones. Escucharlo es conocer de primera mano lo que motivó a los artistas de los 50, 60 y más a seguir sus sueños. Las grabaciones de baja calidad, la interpretación honesta donde la música se siente son sólo una parte de lo que hizo que Johnson pasara a la historia.
Robert Johnson murió a temprana edad después de ser envenenado por un hombre que se quería vengar de él por tener un amorío con su esposa, al parecer, el hombre sólo quería que Johnson se enfermara y aprendiera su lección, pero el cantante no sobrevivió.
El mito de su pacto con el diablo se puede interpretar como muchos otros, donde él no conoció la fama ni la fortuna en vida, pero su música, destinada al olvido como la de muchos otros hombres de su época, sobrevivió y hoy, con menos de 20 canciones, Robert Johnson es una de las figuras más importantes de la música contemporánea.
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