El segundo disco de la cantante inglesa de origen kosovar, Dua Lipa, llegó después de años de espera, aunque no bajo los términos que esperaba. Una filtración que la hizo salir a denunciar el acto en redes sociales adelantó por días su trabajo de años, mismo que ya dio mucho de qué hablar.
El título del disco describe perfectamente lo que es, el sonido de los ochenta, que ha sido usado como artefacto nostálgico desde que inició el siglo XXI, es mezclado con las tendencias del 2020 para darle un nuevo sentido. El disco es llamativo para distintas generaciones por su capacidad de mezclar estilos y épocas, pero al mismo tiempo sentirse como un producto nuevo y fresco.
Desde su primer sencillo Don’t Start Now, descubrimos que Lipa no perdió la oportunidad de trabajar con los mejores del mercado, y acompañada de la producción de Ian Kirkpatrick entregó un mega hit que no aburre sin importar cuántas veces lo escuches.
Physical, con cuatro letristas y cuatro productores, no es una canción que se tomó a la ligera. Desde sus primeros beats, que recuerdan a Paranoid de Kanye West, la canción tiene la estructura perfecta de una canción pop, tanto que la puedes escuchar en casa, en el auto o en una fiesta. Y con ese peso, no se pierde la oportunidad de volverla un hito inmediato.
Cuenta con dos videos, uno en el que Dua Lipa se convierte en un personaje de anime (el cual pudo ser creado sólo para vender mercancía de la cantante, misma que ya se encuentra en su página web), mientras que en otro se viste de Jane Fonda en esos clásicos videos de ejercicio.
Future Nostalgia es un disco en el que cada sencillo puede ser un éxito mundial, siempre y cuando se comercialice lo suficiente, pero esto no es por el amor de sus fans (que a pesar de ser grande, aún no logran romper récords de otras estrellas como Billie Eilish o Taylor Swift), sino porque se trata de una obra trabajada de manera exhaustiva.
No es un disco perfecto, sin embargo, durante los 37 minutos que dura, se nota el cuidado de la producción, el tiempo invertido y el hecho de que se pensó que desde que le dieras play, te llevara hasta arriba y no te diera oportunidad de bajar.