Si vives en la CDMX, sabes que hay un millón de opciones gastronómicas. Siempre hay un nuevo restaurante, un bar recién inaugurado, un plan distinto. Y entre tantas decisiones, la pregunta inevitable es: ¡¿A dónde voy?! Mi respuesta siempre es la misma: busca lugares que se sientan como casa. Espacios donde el detalle en los platillos, la iluminación y el servicio sean prioritarios.
Liona es precisamente eso: un restaurante acogedor, bellamente iluminado, que desde el primer minuto se siente familiar. Tenía expectativas altas, sobre todo porque mi restaurante favorito es su “hermana”, DaRosa. Aunque son muy distintos, Liona conserva el gran sazón y el cuidado en cada platillo.
Su menú tiene opciones para todos, desde platos plant-based hasta sus icónicas pizzas, que son un must. Y aquí es donde radica la magia: sus pizzas están hechas con masa madre fermentada por 48 horas, lo que las hace ligeras y gut-friendly. Esto significa que, aunque cenes pizza entera (como hicimos nosotros), no te sentirás pesado.
Qué pedir en Liona
En nuestra visita, comenzamos con una ensalada verde sencilla (Ensalada Liona) pero perfectamente sazonada con su vinagreta de jerez, con lechuga frisée, sangría y cogollo, ideal para abrir el apetito. Luego, la coliflor rostizada, que es un MUST. De las mejores que he probado.
La acompañamos con su coctelería, que merece un capítulo aparte. Para los non-drinkers, también hay opciones de mocktails. Lo mejor es que el menú te orienta según tus gustos: si prefieres algo más salado, dulce o cítrico, hay una opción perfecta para ti. Nosotros, como buenos amantes de la vibra italiana, optamos por un Aperol Spritz.
Llegó el momento de las pizzas. Éramos dos personas y cada una terminó la suya entera. Puede sonar excesivo, pero la realidad es que la masa madre hace que sean ligeras y con ingredientes de primerísima calidad. Probamos la de salami, con toques de peperoncino que le dan un acierto absoluto y especial. Al igual que su pizza bianca con distintos quesos y albahaca, aunque nuestra favorita fue la de salami, las dos fueron buenos rivales.
Un detalle que eleva a Liona es su uso del jitomate San Marzano DOP. Para quienes no lo sepan, aquí va una breve explicación:
Es una variedad de jitomate italiana altamente valorada. La certificación DOP garantiza que fue cultivado en condiciones muy específicas, reflejando un compromiso con la calidad. Tiene un sabor menos ácido, una textura carnosa y un equilibrio que hace toda la diferencia en una pizza.
Para cerrar con broche de oro, el tiramisú fue fenomenal: cremoso, balanceado, simplemente perfecto. Nos quedamos con ganas de probar las flores de calabaza en tempura, así que sin duda volveremos.
En definitiva, Liona está en camino de convertirse en un clásico de la CDMX. Un espacio donde se honra la belleza de lo simple a través de ingredientes de primera y una ejecución impecable. Vale la pena visitarlo y descubrir el verdadero sabor de una pizza napolitana bien hecha.
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