En los rincones más inesperados del mundo, existen territorios con sorpresas aún más inesperadas. Estas islas remotas, ubicadas a kilómetros de tierra firme y con accesos que parecerían indescifrables, ofrecen experiencias únicas que solo algunos tienen la oportunidad –o la convicción– de vivir. Incluso, para los viajeros más intrépidos, son escenarios en donde el compromiso y la resiliencia son puestos a prueba. Aquí te compartimos algunas de las islas más remotas del mundo, creando una bucketlist de ensueño que todo aficionado de los destinos paradisiacos quisiera completar.

5 islas remotas en el mundo y cómo llegar
Tristán de Acuña
Tristán de Acuña, también conocida como Tristán, es la isla principal de un archipiélago volcánico del mismo nombre, ubicado en el Atlántico Sur, a 3 mil kilómetros de tierra firme. Considerada la isla habitada más remota del mundo, es un territorio británico cuya población es de poco más de 250 personas que residen en una atmósfera silenciosa, con un estilo de vida casi inimaginable.
En esta isla, la agricultura, la pesca, y el procesamiento de carne son las principales actividades económicas. El asentamiento de nuevos residentes es casi nulo, limitando su población a las 80 familias y siete apellidos que, históricamente, han habitado la zona.
Con una impresionante biodiversidad endémica, tanto en tierra, como en mar, los visitantes pueden avistar especies salvajes como cachalotes, ballenas francas australes, elefantes marinos, tiburones makos, pingüinos, tintoreras, y una variedad de aves. Tristán de Acuña, además, forma parte de un territorio más amplio que contempla las islas Inaccesible, Nightingale, y Gough, un conjunto de pintorestas y deshabitadas reservas de vida silvestre que, si bien, no es posible visitar, pueden ser observadas a la distancia.
Actualmente, solo es posible acceder a Tristán de Acuña a través de un viaje en barco de 7 días desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica, la misma ruta por la que la isla obtiene sus suministros.






Isla Bouvet
Ubicada en medio del Atlántico Sur, Isla Bouvet es un territorio deshabitado de origen noruego, considerado el más remoto del planeta. A 1,639 kilómetros de la Tierra de la Reina Maud, su masa terrestre más cercana, y 2,520 kilómetros del territorio sudafricano de Buena Esperanza, es una isla poco explorada cuya sensación de enigma ha inspirado obras literarias y cinematográficas.
En una composición inigualable, Isla Bouvet se distingue por estar casi complemente cubierta por un glaciar, con un volcán inactivo lleno de hielo situándose en medio del territorio. Nyrøysa, la parte norocciental de la isla y la única libre de hielo, constituye tan solo el 7% de su área total, albergando una estación meteorológica y representando la única sección accesible para el público.
Declarada reserva natural, Isla Bouvet exhibe un entorno paradisiaco, en donde la fauna es un elemento indiscutiblemente protagónico. El avistamiento de pingüinos –más de 400 ejemplares barbijos y 4 mil macarrones–, focas peleteras, lobos marinos, orcas, ballenas jorobadas; petreles blancos, albatros de ceja negra, y priones antárticos, es una de las atracciones principales en este destino.
Viajar a Isla Bouvet, uno de los pocos territorios en el mundo con mínima infraestructura, es posible en helicóptero o en barco de expedición. Oceanwide Expeditions, una empresa holandesa especializada en la exploración del Ártico y la Antártida, ofrece expediciones a esta zona.



Isla Pitcairn
Con una extensión similar a la superficie de España y Alemania Juntas, Isla Pitcairn se ubica en el centro de una de las reservas marinas más grandes del mundo. Este archipiélago británico es 3.5 veces más grande que el Reino Unido, y protege a más de 1,200 especies de peces, aves, y mamíferos marinos.
Considerada entre las islas remotas más lejanas para visitar, los métodos de acceso a Isla Pitcairn son limitados. Se estima que un viaje a esta isla podría tomar hasta 3 días, combinando vuelos y un traslado en barco. La ruta más común contempla un vuelo a Tahití, y, posteriormente, a Monica Raiva, la isla más cercana a Pitcairn con aeropuerto. Finalmente, es necesario subir a una embarcación de suministros y pasar más de 30 horas en altamar.
El gobierno británico permite una estancia de 14 días en la isla, entrando y saliendo en el mismo barco. Además, requiere la presentación de un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla, en caso de provenir de un país catalogo como de riesgo de transmisión.
Es importante considerar que la disponibilidad de vuelos y barcos a este destino es excesivamente limitado, por lo que visitar esta isla requiere una planeación anticipada y exhaustiva.



Isla de Pascua
Una de las islas más populares para el turismo es también una de las más aisladas del mundo. La Isla de Pascua, un territorio de poco más de 5 mil habitantes de la etnia rapanui, ubicado en el extremo oriental de la Polinesia, es famosa por sus volcanes inactivos, playas de arena blanca y aguas turquesas, y centenas de icónicos moáis, unas estatuas gigantes de piedra con forma humana.
Este destino especial chileno, una fusión de misterio, historia, y naturaleza, es uno de los más accesibles para el público. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, atrae a viajeros internacionales que, haciendo una escala en Santiago de Chile, pueden adentrarse en este enigmático paraíso.
Para ingresar a la isla, también conocida como Rapa Nui, es necesario cumplir con una estadía máxima de 30 días, y tener una reservación previa de hospedaje.



Islas Georgias del Sur
Dos cadenas montañosas, Salvesen y Allardyce, se elevan casi 3 mil metros sobre el nivel del mar, protagonizando las Islas Georgias del Sur. Ubicadas en el extremo sur del Océano Atlántico, en el este-sudeste de las Malvinas, son parte de un conjunto de islas que también incluye a las británicas Islas Sándwich del Sur. Actualmente, este territorio carece de una población permanente.
Considerado uno de los lugares más remotos y salvajes del planeta, estas islas también son conocidas como el Oasis Antártico, albergando un fascinante ecosistema marino. En ellas, los visitantes pueden gozar de un panorama natural, avistando especies como albatros –cabecigrís, errante, ojeroso, y tiznado–, ballenas, cachalotes, charranes, elefantes marinos; focas –leopardo y de Weddell–, lobos marinos, orcas, petreles, y pingüinos. En el verano, el 75% de la isla aparece cubierta por nieve, hielo, y glacieres, mientras que, en el invierno, la cobertura alcanza la costa del mar.
Oceanwide Expeditions también organiza expediciones a esta isla.



Con paisajes únicos, especies excéntricas, y estilos de vida que parecerían imaginarios, estas islas remotas son destinos que vale la pena vivir, al menos una vez en la vida. En estos escenarios, aquello que se siente como un sueño, resulta ser realidad.
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