Por Regina Lázaro
Es bien sabido que los amantes de los autos, buscan tener un modelo único y hacen cambios desde el motor hasta el pedir desde la agencia un color especial. Para un canadiense, no fue necesario un color sino que quiso tener en verdad un lamborghini fuera de este mundo.
El gusto por la galaxia fue más allá del propietario que decidió convertir el exterior de su Aventador, en una galaxia andante. Sí, el auto deportivo tiene en su pintura montones de estrellas en su carrocería y es el único en su especie hasta ahora.
Con sede en Vancouver y miembro del Deluxe Supercar Club, este lamborghini sobresale entre el resto con el revestimiento intergaláctico que lo hace tan fascinante como el espacio.