Durante la pandemia los espacios se repensaron. Mucha gente le dio un nuevo significado a la arquitectura al darse cuenta que es imposible pasar meses confinado en el mismo espacio y al salir nuevamente buscó la manera de adaptar lo que había vivido para resignificar los lugares que volvía a frecuentar.
Ermenegildo Zegna se dio cuenta que a pesar de que su servicio premium era una excelente manera de hacer contacto personalizado con sus clientes, estaba anclado en el pasado, que las cosas habían cambiado y era momento de revolucionarse. Así es como nació el Zegna Lab en Nueva York.
Situado en Lafayette Street entre Prince y Spring, en el corazón del barrio del Soho, el Zegna Lab refuerza el continuo desarrollo de la empresa en nuevos e interactivos espacios de venta al por menor, satisfaciendo la renovada demanda de la clientela de ropa de lujo. El espacio está diseñado para ser versátil y evolucionará a lo largo de cada año, ofreciendo un nuevo aspecto cada mes. Esto le dará oportunidad al laboratorio de destacar colecciones especiales, nuevos lanzamientos, cápsulas y productos exclusivos que redefinen el recorrido del cliente, creando un espacio para la creatividad y la atención al cliente.
Para estimular la convivencia en su nuevo hogar en el centro de Soho, Zegna se ha asociado con empresas cercanas para organizar una selección de experiencias locales, que celebran la auténtica esencia del barrio.
Para Zegna, conectar los negocios locales y crear un sentido de comunidad en el barrio fue un elemento importante a la hora de idear el Lab, que ha sido concebido como un nuevo formato de venta al público evolutivo. El mismo espacio tiene la capacidad de adaptarse a cualquier visitante, incluyendo la posibilidad de crear una atmósfera que se transforme de acuerdo a sus preferencias. La experiencia de inmersión del laboratorio se ve reforzada por una colección de discos giratorios de Zegna que incluye vinilos vintage y listas de reproducción de DJs locales, seleccionados mensualmente por el Director Artístico Alessandro Sartori.
El salto al vibrante y artístico barrio del Soho supone un momento importante para la marca con 111 años de historia. “El enfoque es trabajar con un acercamiento más modular, evolucionando constantemente para acompañar las emociones de los clientes y así crear cada vez una atmósfera nueva que se adapte a sus momentos con opciones dedicadas“, dice Alessandro Sartori.
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