La visión de Mariane Ibrahim en México

Hace ya casi un año, la curadora mexicana Marisol Rodríguez fue nombrada Directora Curatorial de la galería Mariane Ibrahim en todas sus locaciones, las cuales incluyen CDMX, Chicago y París, esta última, una ciudad en la que Marisol se considera en casa, a la par de en la Ciudad de México.

Con el reciente nombramiento de Mariana Munguía como directora de la galería en nuestro país, el espacio continúa consolidándose como uno de los sitios con mayor propuesta para ver arte en la capital nacional mientras ostenta a importantes profesionales de la industria cultural mexicana en puestos clave. Platicamos con Marisol acerca de su trayectoria, lo que distingue a Mariane Ibrahim y la visión de la galería y esto nos comentó.

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Foto. Alejandro Zaras. Cortesía Mariane Ibrahim

Lo que platicamos con Mariana Mungía sobre la galería Mariane Ibrahim

Samuel Reyes: Me gustaría saber cómo ha sido para ti este proceso de trabajar con una galería que tiene una línea curatorial tan definida, con un perfil de artistas muy específico, la cual es única con el tipo de mensajes que comunica.

Marisol Rodríguez: Pues muy natural, muy natural porque nos adaptamos perfectamente. Entre Mariane y yo ha existido una complicidad. Una coincidencia perfecta, en la cual nos encontramos y platicamos, hablamos de lo que nos gusta, hacia donde vemos las cosas, experiencias pasadas y como dices, sobre la línea que ya existe de la galería, pues yo me encontré reflejada en su visión. También encontré en la galería ecos de experiencias pasadas… estuve en África en la Bienal de Dakar de 2016 y por mi red de contactos he seguido a la diáspora africana, que está en Europa, en Alemania, en Francia. 

Entonces para mí ha sido natural y al mismo tiempo fascinante entrar a profundidad a trabajar con los artistas de la galería y entrar a fondo a tener un diálogo constante con Mariane, quien es una gran curadora y una persona que tiene una visión muy a largo plazo de lo que  quiere que sea un entorno artístico para no solo los artistas de su galería, sino para en general todos los artistas de las diásporas africanas. 

El respeto con el que se debe tratar a sus obras, el tipo de diálogo serio que se debe proponer con historiadoras, con curadoras, con gente que cuestione y que revise el trabajo no pasivamente, no por una cuestión identitaria de cuotas, sino porque realmente tiene una relevancia histórica. Una aportación estética con un discurso potente, una sensibilidad diferente, o sea, es una ambición que va más allá de una superficie de representación y de mercado.

SR: ¿Cómo te fuiste orientando hacia esa línea curatorial tan específica? Vamos, creo que existe una diversidad enorme de propuestas y corrientes, pero es muy necesario el tema de reflejar y visibilizar a los artistas de la diáspora africana ¿Cómo llegaste a ese punto?

MR: Hay una parte de ambición y otra de identificación… y una parte de accidente. Hace muchos años me fui a estudiar una maestría a Londres y antes de irme una persona muy famosa en el mundo del arte me dijo: “no vayas a estudiar una maestría en curaduría, no hagas eso, en vez de hacerlo busca a la Independent Curators International, que es una organización que está en Nueva York y que promueve la labor curatorial, haz con ellos un Curatorial Intensive”. 

Pero sí pensé en hacer mi maestría, sin embargo, empecé a seguir a esta organización y hacen ese programa que se llama Curatorial Intensive en distintos países alrededor del mundo y la seguí años, o sea, pasaron como cinco años en donde yo veía las convocatorias, por ejemplo en Nueva Orléans o en la Ciudad de México y pensaba que era interesante, pero quería explorar algo nuevo, que no supiera y entonces lo anunciaron para Dakar en el 2016. Y pensé, no sé nada de Dakar, nunca he estado en África, no conozco a nadie de toda la gente que va y quiero conocer. Apliqué, pude irme con una beca del PAC y me explotó la cabeza. 

Los participantes eran de una sofisticación, de una fineza y de una erudición impresionante sobre temas que yo nunca había oído. Ahí fue que dije: ‘éste es mi futuro y este es EL futuro’. Ahí me empecé  a relacionar más con con toda la gente que estaba presente, a seguirlos, a leer lo que estaban produciendo. También, por ejemplo, empecé a leer mucha ficción de autoras y autores de África. A buscar de un modo muy activo y muy humilde. A conocer más desde una posición de ignorancia, aceptando que no sabía, que no sabía y quería saber. 

Leer historia y releer la historia también. Curiosamente, empecé a leer mucha historia de México y a reconocer esas relaciones, entonces en el momento en que llego a Mariane, yo era una apasionada por lo que ella hacía (hace), por todo lo que es su universo, sus artistas, sus escritoras. Y ella reconoce en mí esas cuestiones y yo reconozco en ella todo lo que quiero saber.

SR: ¿Cuántas exposiciones llevas realizadas con la galería Mariane Ibrahim?

MR: En el total de un año de la galería, las 3 locaciones (París, Chicago y la Ciudad de México) tienen 13 exposiciones, más las ferias y las colaboraciones institucionales que hacemos y que cambian dependiendo los distintos grados de participación de la galería; hay instituciones que de plano te integran al equipo curatorial. Hay algunas que quieren hacer proyectos pero no saben qué posible ángulo darle, en esos casos hacemos toda la propuesta curatorial. Tenemos por ejemplo, un proyecto con Adriana Jackson con el Museo de Antropología en Madrid, que curé y pues hay muchas iniciativas, más las ferias.

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Salah Elmur, The Narrow Road, 2024. Cortesía del artista y Mariane Ibrahim. Su exposición está en CDMX hasta el 17 de mayo.

SR: ¿Cómo es este proceso de búsqueda de sus artistas? ¿Hay una parte de descubrimiento, los toman ya posicionados? ¿Hay alguna parte de proyectos donde la galería también apueste al talento joven?

MR: Sí, es una mezcla. En todas las galerías creo que ese proceso nace de una afinidad a veces inmediata por el trabajo del artista, que se confirma o no cuando lxs conocemos. Debe de haber una afinidad y un reconocimiento del talento, del potencial y de la ambición de lxs artistas, pero también tiene que haber una afinidad humana que se desarrolle. 

Cuando esas cosas se encuentran, digamos que estamos en buen camino para considerar una colaboración, primero un proyecto y eventualmente una representación. Necesitamos a la par, trabajar con artistas jóvenes que se van a convertir en figuras importantes históricas en el futuro, pero también trabajar con artistas ya que comienzan a estar establecidos. Sin embargo, la mayoría de nuestros artistas tienen 40 años o un poco menos, incluso nuestros artistas más establecidos tienen 40 años.

Es interesante también decir que como galeristas, nosotras, Mariane y yo y todxs lxs que trabajamos aquí trabajamos con lxs artistas de nuestras generaciones. No trabajamos con artistas con states (cuerpos de obra de artistas fallecidxs), no tenemos states, no tenemos artistas que tienen 80 años, trabajamos y entendemos a lxs artistas porque tenemos su misma edad y eso cambia la relación completamente y también la visión a futuro. La galería está creciendo junto con lxs artistas y evidentemente, sus carreras van creciendo, asimismo el coleccionismo alrededor de estos artistas van creciendo. 

SR: Es una gran apuesta para la galería el tener una sede en la Ciudad de México, además de las otras en París y Chicago, ¿cómo perciben esta inclusión en el mercado mexicano?

MR: Más que una apuesta, es una inversión a largo plazo, una gran inversión. Pero, reconocemos en México -y Mariane tiene una pasión por México- ecos históricos, conceptuales, afinidades personales y una atracción magnética de todos nuestrxs artistas a venir a México y realizar proyectos en México. 

La escena mexicana es increíble y también nos interesa participar, repercutir, agregar a esa escena y es parte de mi trabajo, o sea también parte de mi llegada aquí, como mexicana que radica en París es cuestionarme cómo hago esos puentes entre París y Chicago, cómo los traigo a acá a México, en donde nuestras exposiciones duran más que las exposiciones en las otras sedes, duran casi cuatro meses y la apuesta es más institucional. Es un ritmo diferente a Chicago, por ejemplo, que es la galería en donde tenemos más exposiciones. Es otro ritmo a París también y, pues sí es una inversión a largo plazo en la que estamos trabajando constantemente. También nos conectamos con el coleccionismo local, encontrando nuestro lugar y nuestro espacio en el ecosistema que ya existe, pues es el trabajo que estamos haciendo con mucho gusto porque todxs amamos México.

SR: Me gustaría saber también un poco… ¿qué más viene para México en Mariane Ibrahim? 

MR: La apuesta siempre es encontrar a lxs artistas en cuya misma obra haya un eco intrínseco con México y ¿la próxima exposición? Un spoiler sería que es una artista senegalesa italiana que nos va a enseñar cuál es ese vínculo entre las culturas islámicas africanas y México. 

Entonces como siempre en la galería vas a ver artistas que tal vez nunca has visto, de los que tal vez nunca hayas escuchado hablar. De temas de los que nunca hemos hablado en México, que existen aquí y que ese es el trabajo. ¿Cómo te enseño a ti aquí, en la Colonia Cuauhtémoc, algo nuevo y que te lleves esa historia, artistas nuevos y una historia milenaria que tiene que ver con nosotros también?

SR: Algo más que creas que sea importante que la gente conozca sobre la galería, sobre sobre su statement… alguna idea de cierre

MR: Lo que me encantaría es que la gente viniera. Que viniera y que viera lo que estamos presentando y que se hagan una idea ellxs mismxs de lo que estamos hablando cuando hablamos de diásporas africanas, el cual es un tema del cual no hablamos lo suficiente en México, pero que es algo que está en nuestra historia, de nuestra sangre, es una parte de nuestro país, entonces quisiera que a largo plazo a la gente dejara de parecerle excepcional o extraño ver a estos artistas, que se volviera cada vez más natural reconocernos en estas historias.

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Estas son las últimas semanas para visitar la exposición del artista sudanés Salah Elmur titulada The Land of the Sun, una muestra individual en pintura en la cual seguramente reconocerás influencias estilísticas del muralismo mexicano y particularmente de Diego Rivera, pintor a quien el artista africano admira profundamente. ¡No te vas a arrepentir!