Por Alba Aguilar
Mientras el fotógrafo inglés Nick Brandt viajaba por el este de África, se encontró con el Lago Natron en el norte de Tanzania. La sorpresa fue que había un sinnúmero de animales sin vida flotando como si estuvieran hechos de piedra.
La realidad es que la composición química del lago es letal. Cualquier ser vivo que se atreva a entrar en sus aguas se calcifica y se preserva hasta que seque por completo. Incluso hasta afecta el ambiente, ya que el Brandt comenta que la tinta de sus rollos fotográficos empezó a caerse de inmediato.
Para esta serie de imágenes Nick tomó las aves que encontró y las puso en lugares donde pudieron haber estado. Como si estuvieran vivos después de la muerte.