Si viste la serie Mad Men y ahora estás leyendo esta nota, seguramente ya notaste que el arte y la publicidad prácticamente van de la mano. Diseñar toda una campaña para vender un producto o pintar el nuevo retrato que se exhibirá en un museo, requieren de una inmensa inspiración y planeación, ya que, deben encontrar la manera perfecta de transmitir un mensaje.
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Desde hace algunos años, las obras de arte se han convertido en una de las herramientas más utilizadas por los publicistas pues, resulta que cada vez que aparece una imagen [de arte] en sus diferentes anuncios, las ventas suben y es un total win para la firma. Pero, ¿por qué pasa esto?
La última campaña publicitaria de la marca de cuidado para zapatos, Kiwi, es el mejor ejemplo para explicar esto pues, fue ganadora de dos premios durante el Festival de Cannes y uno en el 64º Festival Internacional de la Creatividad, una ceremonia de publicidad que se celebra año con año. De hecho, una de las cosas que más llamó la atención durante el evento, fue que gran parte de los ganadores habían utilizado como base de sus campañas a las bellas artes.
En 1972, John Berger escribió “Ways of Seeing”, un libro que explica la relación que existe entre el arte y la publicidad y aseguró lo siguiente: “el arte es un signo de la buena vida. Es parte del mobiliario que el mundo da a los ricos”. Además, aclaró que te da cierta autoridad cultural y es la forma con la que las personas demuestran su sabiduría.
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Increíble, ¿no crees? Si quieres saber más a fondo sobre este tema te recomendamos leer este artículo.
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