Con el anuncio de las nominaciones al Oscar, las películas que las lideran, cobran protagonismo y bajo todo el brillo y glamour, una revolución silenciosa está surgiendo: la IA (inteligencia artificial) ya no es solo un prodigio tecnológico tras bambalinas, sino un potencial colaborador en la cinematografía, o al menos eso sucedió en El brutalista.
Para El brutalista, el director Brady Corbet, reconoció abiertamente el uso de IA para mejorar la autenticidad de la película. Dávid Jancsó, editor de la película, reveló en una entrevista con RedShark News, que alimentó su voz en el software de IA ucraniano Respeecher para limpiar los acentos húngaros de los actores Adrien Brody y Felicity Jones.
El uso de IA en películas nominadas al Oscar 2025
Jancsó mencionó que al ser un hablante nativo húngaro, reconoce que es uno de los idiomas más difíciles de aprender a pronunciar y, a pesar de que entrenaron a ambos actores para mejorar el acento, también mencionó que buscaban “perfeccionarlo” para que ni siquiera los locales pudieran notar la diferencia.
Admitió reemplazar letras y sonidos para hacer la pronunciación más precisa, asegurando que fueron “cuidadosos de mantener las actuaciones de los actores”. Sin embargo, el debate que ha generado es que no se puede evitar la ironía que hay detrás del uso de IA en una película que precisamente trata sobre la pureza artística, donde se narra la historia de un arquitecto que rechaza los atajos para lograr un trabajo “perfecto”.
Las intervenciones de IA van un poco más allá del diálogo. El epílogo de la película cuenta con dibujos arquitectónicos aparentemente generados usando herramientas de IA. Dado que la película recibió nominaciones por la actuación de Brody Jones y por Diseño de Producción, El brutalista plantea preguntas cómo: ¿Dónde termina la creatividad humana y comienza la asistencia de IA?; ¿Estamos presenciando el ascenso de una nueva era colaborativa en el cine, o arriesgando la erosión de la expresión artística pura?
El debate apenas comienza, y con el avance tecnológico surgirán preguntas y respuestas que ampliarán nuestra comprensión del futuro cinematográfico.
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