En el Centro Histórico, por casi un siglo, hay un lugar del que las personas salen con una sonrisa que cruza sus mejillas, cargando torres de cajas de cartón blanquiazules amarradas con cordones blancos donde se lee: “La Ideal”.
La visita obligada en tu próxima mañana o tarde por el centro es una institución a la que acuden los clientes de toda la vida y los nuevos paladares que se unen al club de fans de este lugar sagrado lleno de delicias horneadas.
Todas las mañanas, el centro está repleto de las cajas de pan de dulce de la Ideal
Desde la primera hora de la mañana, aquellas cajitas clásicas (cuyo diseño ha sido así desde el primer día), desprenden un aroma mágico y se ven por todas las calles: en el metro, el metrobús e incluso los puestos de ambulantes.
Sí, además del café y tamales que venden para recibir otro día en la CDMX, los “cafeteros” esperan desde las 5 am a que la Pastelería La Ideal abra sus puertas para surtirse de lo que venderán como pan caliente, literalmente, recién horneado y hecho artesanalmente.
Con todo y que el pan de La Ideal es delicioso y a buen precio, alrededor de 150 panaderos hornean en tres turnos diariamente para producir entre 25 mil y 30 mil panes al día. Aquí únicamente encuentras pan recién hecho, los sobrantes de pan del día se donan a casas hogar.
Con más d 300 tipos de pan, fue nombrada una de las más legendarias del mundo
Con 350 tipos de pan, puedes pasar hasta una hora para escoger tu antojito, pero hasta el corredor de Fórmula 1, Sebastián Vettel, se tomó el tiempo para llevarle una de esas cajitas icónicas a su compañero de carreras cuando vino en 2022.
Desde las tradicionales galletas de pasta seca que te regresan a la niñez (a 120 pesos el kilo), conchas, cuernos o panqués; hasta bocadillos, pasteles, flanes y una variedad de gelatinas por la que La Ideal fue reconocida cuando se le nombró uno de lo lugares del mundo más icónicos de postres, según la prestigiosa guía de Taste Atlas.
Entre 150 lugares legendarios, La Ideal ocupa el cuarto lugar (los otros que encabezan la lista son Pastéis de Belém en Lisboa, Hafiz Mustafa en Istanbul y Café Central en Viena).
¿Cuál es la historia de La Ideal?
Ideal Bakery era el nombre original que le puso Adolfo Fernández, quien en 1927 fundó una pastelería en un edificio colonial, un antiguo templo y un exconvento de San Francisco.
Desde que sus aparadores se llenaron de delicias máximas de la panadería mexicana en forma de galletas, conchas, cuernos, campechanas, orejas… no hubo vuelta atrás.
Adolfo transmitió el oficio a su hijo y así, el amor y la dedicación por el pan fue pasando de generación en generación. La Ideal continúa siendo una empresa familiar y, de hecho, algunos panaderos tienen más de dos décadas trabajando ahí.
La sucursal más embelmática
De 5 sucursales, hay 2 en el Centro Histórico, en la calle República de Uruguay y 16 de Septiembre, la original y más emblemática. Para muchos este lugar de 2 pisos —siempre lleno— es sagrado y no sólo porque sea “bueno, bonito y barato”, su ambiente con aroma y sabor nostálgico te transporta y regresa en el tiempo (quienes llevan toda la vida yendo diariamente por su cuernito pueden confirmarlo).
Este lugar es el que tiene la galleta preferida del tu abuelita, a donde acompañabas a tu papá a comprar conchas y llevabas para compartir en casa. Es la clásica de clásicas pero un buen foodie sabe reconocer esta joya eterna que tampoco se queda atrás con tendencias como el panqué de matcha, las creaciones conejito y Ferrero o las roscas de reyes rellenas.
Hay un “Museo del Pastel”
La Ideal tiene una fábrica en San Antonio Abad, donde hacen los pasteles más grandes. Las muestras están presentadas en la parte de arriba para que los clientes escojan el diseño de su pastel de cumpleaños, bodas, bautizos, etc.
Con todo y ficha técnica con el nombre del pastelero autor, los clientes bautizaron este lugar como el Museo del Pastel.
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