La historia del taco: del comal a la mesa contemporánea

Si hay algo que representa el alma de la gastronomía mexicana, es el taco. Un platillo tan humilde en su origen, pero tan versátil y delicioso que ha conquistado no solo los corazones de los mexicanos, sino también el paladar internacional. ¿Pero de dónde viene este ícono de la cocina mexicana? ¿Y cómo ha evolucionado hasta convertirse en la expresión culinaria que conocemos hoy?

La historia del taco: del comal a la mesa contemporánea - jarritos-mexican-soda-e0txicqepac-unsplash-1480x987
Foto de Jarritos Mexican Soda en Unsplash

Orígenes: el taco en la época prehispánica

La historia del taco comienza mucho antes de la llegada de los españoles. Para las civilizaciones mesoamericanas, el maíz no solo era un alimento básico, sino un símbolo de vida y cultura. Las tortillas, preparadas con maíz nixtamalizado, servían como utensilio comestible para transportar alimentos. El taco, en esencia, nació como una práctica sencilla y funcional: una tortilla doblada que envolvía algún guiso.

Se cree que el término “taco” proviene de la palabra náhuatl “tlahco”, que significa “mitad” o “en el medio”, haciendo referencia a la forma en que se coloca el alimento en la tortilla. Las culturas indígenas acompañaban sus tortillas con ingredientes autóctonos como frijoles, nopales, insectos y pescados, dependiendo de la región.

Bernal Díaz del Castillo, en sus crónicas de la conquista, describe los banquetes de Moctezuma, donde se servían tortillas acompañadas de carnes, frijoles y chiles. Este formato práctico y delicioso trascendió las épocas y se adaptó a diferentes ingredientes y regiones.

La transformación colonial dio pie a un mestizaje de sabores

Con la llegada de los españoles, el taco adoptó nuevos ingredientes. La carne de cerdo, res, pollo y cordero se integraron rápidamente a la dieta mexicana. Además, las especias europeas, el queso y algunos lácteos comenzaron a complementar las preparaciones tradicionales.

Las carnitas, por ejemplo, surgieron en Michoacán como resultado de la influencia de la manteca de cerdo. Por su parte, el pastor, con su distintiva marinada de achiote y técnica de trompo, es un claro ejemplo del intercambio cultural con los inmigrantes libaneses que trajeron el shawarma a México.

A su vez, las tortillas se convirtieron en la base de múltiples preparaciones regionales. En el norte, las tortillas de harina, derivadas de la escasez de maíz, se hicieron populares, mientras que en el sur prevaleció el uso del maíz criollo y las tortillas gruesas como las tlayudas.

La evolución del taco, entre tradición e innovación

A lo largo de los siglos, cada región de México ha desarrollado su propia versión del taco. Desde los tacos al pastor de la Ciudad de México, hasta los tacos de pescado de Baja California o los de cochinita pibil en Yucatán. Cada uno refleja los ingredientes y las técnicas culinarias locales.

Hoy en día, la creatividad en torno al taco no tiene límites. Algunos chefs reinterpretan este platillo con ingredientes sofisticados como pulpo a las brasas, tuétano o caviar, llevando al taco a las mesas de restaurantes de alta cocina sin perder su esencia tradicional.

El papel de la tortilla: más que un acompañante

Hablar del taco es hablar de la tortilla. Mientras que la tortilla de maíz blanco es la más común, cada vez son más apreciadas las tortillas de maíz azul, amarillo, rojo o morado. Su sabor terroso y ligeramente dulce no solo añade una dimensión extra al taco, sino que también aporta beneficios nutricionales gracias a su mayor contenido de antioxidantes.

Las tortillas de maíz azul, originarias de las culturas indígenas, tienen un mayor valor simbólico y cultural. Por otro lado, algunos productores y chefs están experimentando con tortillas infusionadas con vegetales, especias o tintes naturales, llevando la experiencia del taco a un nuevo nivel sensorial.

Algunas de las versiones más destacadas incluyen:

  • Tortilla de nopal: hecha con una mezcla de maíz y nopal, es una opción más ligera y nutritiva. Su sabor fresco combina bien con rellenos vegetales o carnes blancas.
  • Tortilla de nixtamal con quelites o epazote: algunas tortillas se infusionan con hierbas frescas para añadir aroma y un sabor herbal característico.
  • Tortilla de colores naturales: en algunos mercados artesanales, las tortillas se tiñen de colores con ingredientes como betabel, cúrcuma o espinaca, aportando no solo color sino también matices de sabor.