Este otoño, la Ciudad de México sumará al legado de Frida Kahlo. A partir del 27 de septiembre de 2025, se abrirá el Museo Casa Kahlo, también conocido como Casa Roja, un nuevo espacio que se ubicará justo al lado de la emblemática Casa Azul en Coyoacán.
Este inmueble, que alguna vez perteneció a los padres de Frida y que ella misma compró más tarde para su hermana Cristina y su familia, será restaurado para convertirse en un recinto que amplíe la mirada sobre la vida de la artista desde un ángulo íntimo y profundamente personal.
Una historia contada por su familia
A diferencia del enfoque más tradicional del actual museo Casa Azul, la Casa Roja será un museo impulsado directamente por los descendientes de Frida Kahlo. Entre ellos destaca Frida Hentschel Romeo, sobrina bisnieta de la pintora, quien ha señalado que, por primera vez, “la voz de la familia estará en el corazón de cómo se cuenta la historia de Frida”.
La propuesta del museo será visibilizar los vínculos familiares y personales que influyeron en su obra, así como compartir materiales inéditos que hasta ahora permanecían en la esfera privada.
Piezas nunca antes vistas, desde su niñez hasta sus bordados
El museo presentará objetos personales nunca antes mostrados al público, como cartas, fotografías familiares, bordados que Frida realizó desde los cinco años, muñecas, joyas, prendas de vestir, y su primer óleo. Uno de los hallazgos más sorprendentes es la incorporación de un mural recientemente descubierto, considerado el único mural conocido pintado por Kahlo.
Además de la exposición permanente, se tiene contemplado un programa de muestras temporales de arte contemporáneo con énfasis en artistas locales. El espacio estará bajo la dirección de Adán García Fajardo, actual director académico del Museo Memoria y Tolerancia, y contará con una curaduría cuidadosa que buscará conectar el archivo íntimo de Frida con nuevas lecturas contemporáneas.
El trabajo de la Fundación Khalo
La apertura de este museo también será el punto de partida de nuevos proyectos culturales impulsados por la Fundación Kahlo, una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York liderada por la familia de la artista. Entre sus planes están el lanzamiento del Premio de Arte Kahlo, un galardón bienal para artistas contemporáneos innovadores, y un programa de becas artísticas.
Para Mara Romeo Kahlo, sobrina nieta de Frida y principal heredera del archivo familiar, el proyecto representa un regreso al origen: “El legado de Frida pertenece al mundo, pero comienza aquí, en esta tierra, en estos hogares y en la cultura que la formó. El Museo Casa Kahlo nos permitirá contar nuevas historias, compartir secretos familiares, acoger nuevas voces y construir un futuro que honre su espíritu”.
La Casa Roja abrirá sus puertas justo enfrente del sitio donde nació y murió Frida, cerrando el círculo en su barrio natal. Más que una extensión del actual museo, promete ser una relectura que complemente la figura pública de la artista con lo que fue su vida privada: sus afectos, dolores y vínculos más humanos.
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