Manos Extrañas se Empeñan en Desprestigiar a México
El Objetivo: Frustrar los XIX Juegos
-El Sol de México (Matutino) la mañana del 3 de octubre de 1968
Pensar en los Juegos Olímpicos Modernos nos hace ir a los atletas más preparados, a la figura humana dando el máximo posible por alcanzar nuevos límites y romper récords, pero en su corta historia de poco más de un siglo (a comparación de los juegos antiguos que se realizaron por más de un milenio) han estado llenos de polémica desde su concepción.
Esto nos lleva a preguntar, ¿por qué un evento deportivo tiene que causar tanta controversia? Y como esas grandes preguntas que pocas veces dejan satisfecho a alguien, la respuesta parecer ser “es complicado”. En The Happening ya hablamos de la historia de los Juegos Olímpicos de la antigüedad, así como de la concepción de los juegos modernos bajo la idea del francés Pierre de Cubertin, quien también ayudó a formar el Comité Olímpico Internacional.
Este comité cuenta con el poder para organizar los juegos olímpicos, seleccionar la ciudad encargada de ser anfitriona de las siguientes justas, mantiene los derechos de transmisión de los juegos y en general es quien tiene un voto final sobre todo lo relacionado al evento deportivo. Es así como han mantenido un presupuesto billonario que usan para promover la cultura del deporte en todo el mundo, aunque esto ha resultado ser bastante difícil.
Los Juegos Olímpicos siempre han estado marcados por la controversia. Desde los intentos de boicot a los juegos de 1936 en Berlín debido al gobierno de Hitler, pasando por las revueltas sociales en México en 1968 que fueron trágicamente apagadas el 2 de octubre para evitar que se mantuvieran durante los juegos, hasta las demostraciones de descontento que se vive en todo Japón en los Juegos Olímpicos de 2020.
El COI siempre ha estado inmerso en la política. Todos saben que los países quieren ser anfitriones por cuestión de imagen y para hacer propaganda política (Hitler lo hizo, China pretende hacerlo en los Juegos Olímpicos de invierno en 2022 e incluso Los Angeles 2028 comenzó como una lucha interna en la Casa Blanca durante los días de Trump en el poder), muchas veces gastando más de lo que pueden y obligando a los contribuyentes a pagar por los estadios que muchas veces terminan en desuso después de pocos años, todo mientras ellos pueden estar sumidos en crisis económicas.
Sin embargo, esa es sólo la punta del iceberg. Situaciones como las que han salido a la luz durante los últimos Juegos Olímpicos exhiben a una institución fundada en pilares clasistas, racistas y machistas. El ideal de deporte para todos, entonces resulta haber nacido como una idea de “deporte para todos los hombres blancos heterosexuales” y aunque las justas han servido para demostrar que pueden ser todo lo contrario, la otra cara de la moneda es más difícil de ignorar.
La renuncia del presidente del comité organizador de los juegos de Tokio 2020, Yoshiro Mori, después de que dijera que las mujeres no eran aptas para el trabajo porque debido a ellas las juntas se alargaban más; la constante agresión a atletas negros como Sha’Carri Richardson a través de reglas arcaicas que van desde el uso de marihuana medicinal o la imposibilidad de usar gorras que se adecúen a su tipo de cabello; e incluso en un acto que dejó perplejo a todo el mundo, la multa impuesta al equipo femenil de Noruega por usar un uniforme deportivo que no las sexualizara ni les incomodara durante sus periodos.
Mucha gente puede aludir a que las reglas son las reglas y si no las quieren seguir, que no participen, pero cuando las reglas parecen haber sido creadas específicamente para privilegiar a ciertas personas y poner obstáculos a otras, el espíritu deportivo se transforma en otra cosa.
La controversia en Juegos Olímpicos no es nueva y seguramente los juegos se mantendrán por mucho tiempo a pesar de que cada vez es más grande el sentimiento de que deberían ser cancelados hasta que exista una verdadera reestructura dentro del comité. Sin embargo, es importante entender que más allá de lo que se ve en los eventos deportivos, más allá del sentimiento de que todo es posible cuando vemos al hombre más rápido del mundo romper otro récord mundial, los Juegos Olímpicos necesitan cambiar si realmente quieren reflejar la imagen de lo que pretenden ser.
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