Cuando pensamos en las islas griegas, nombres como Santorini, Mykonos o Creta suelen ser los primeros en venir a la mente. Sin embargo, Grecia es un mosaico de más de 200 islas habitadas, muchas de las cuales permanecen lejos del radar turístico, ofreciendo refugios perfectos para quienes buscan escapar del ruido, la gente y sumergirse en la autenticidad helénica. Aquí, te presentamos algunas de estas joyas escondidas que esperan ser descubiertas en tus próximas vacaciones.

Islas griegas que debes conocer en tu siguiente viaje
Evia
Sorprendentemente, es la segunda isla más grande de Grecia y, aun así, sigue siendo un misterio para muchos viajeros. Situada cerca de Atenas, tiene una diversidad de paisajes impresionantes: desde playas vírgenes como Kalamos y Chiliaou, hasta montañas cubiertas de frondosos bosques. En Aidipsos, las aguas termales han sido un reclamo desde la antigüedad, todo un oasis de relajación. Además, el desfiladero de Dimosari es un paraíso para los senderistas, con rutas que serpentean entre cascadas y piscinas naturales. La ausencia de un aeropuerto en Evia limita la afluencia masiva de turistas, lo que la convierte en un destino ideal para quienes buscan tranquilidad y autenticidad.
Skyros
En el corazón del mar Egeo, Skyros se destaca por su resistencia al turismo de masas. Los locales han optado por preservar su patrimonio y entorno natural, rechazando desarrollos turísticos invasivos. La pintoresca Chora, con sus calles estrechas y casas encaladas, es un reflejo de la arquitectura en su máxima expresión. Las playas de Molos y Agalipa ofrecen arenas doradas y aguas cristalinas, perfectas para el descanso sin tumultos. Además, la isla es hogar de los caballos Skyrian, una raza en peligro de extinción que se puede admirar en la granja Mouries. Skyros es accesible mediante un vuelo de 40 minutos desde Atenas o en ferry desde la isla de Evia.

Las Pequeñas Cícladas
Para quienes buscan una experiencia insular auténtica, las Pequeñas Cícladas son la respuesta. Este conjunto de islotes es una visión de cómo eran las islas griegas antes del auge turístico. Koufonisia, la más conocida del grupo, te espera con playas de aguas turquesas y arenas blancas, mientras que sus tabernas sirven delicias locales frescas. La ausencia de grandes complejos turísticos y la limitada infraestructura garantizan una estancia tranquila, donde el tiempo parece detenerse. Las actividades principales incluyen nadar, caminar y disfrutar de la gastronomía local sin prisas.
Folegandros
Situada en el mar Egeo, es una isla que ha mantenido su esencia a lo largo de los años. Sus acantilados imponentes y playas escondidas la convierten en un destino perfecto para quienes buscan tranquilidad y paisajes impresionantes. La capital, Chora, es un laberinto de calles empedradas, casas blancas y plazas encantadoras donde el tiempo parece haberse detenido. Las playas de Karavostasis y Agali son ideales para relajarse y disfrutar del mar en un entorno sereno.

Citera
Ubicada entre el Peloponeso y Creta, Citera es una isla que combina historia y naturaleza de manera sublime. Conocida como el lugar de nacimiento de Afrodita según la mitología, ofrece cascadas escondidas, playas solitarias y pueblos que parecen congelados en el tiempo. Los castillos venecianos y las iglesias bizantinas salpican el paisaje, ofreciendo al visitante una experiencia cultural muy interesante.
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