“Cada cabeza es un mundo”, escuchamos por ahí. Y sí, todos vivimos un mundo propio desde nuestro cuerpo, las experiencias son únicas para cada ser humano aún cuando sea el mismo momento compartido. Bajo ese mismo entendido, todos traemos cargas, traumas, estreses, emociones e ideas sobre todo. Muchas veces actuamos o reaccionamos a algo de cierta forma por cosas que nos pasaron en el pasado, y es normal, así somos todos. Pero, ¿cómo puedes entrar en contacto con eso para hacer las pases?
Existen muchísimas opciones, pero entre ellas, está la terapia de arte. No es ninguna novedad que el arte es un vehículo de expresión y sanación importante, pero a veces lo vemos como algo que es sólo para los artistas talentosos. Pero todos entendemos el mundo a partir de símbolos, colores e imágenes, y para eso se creó Soma Space, un proyecto de Ronit Nestel, que pretende ayudarnos a conocernos y contactar con partes desconocidas de nosotros mismos. Es un lugar donde tus emociones y bichos internos obtienen una forma y un color.
Soma en sánscrito significa “flujo de conciencia” o “atención plena”. Y, siendo realistas, ¿cada cuánto nos paramos a poner plena conciencia en algo? La respuesta es nunca. Soma Space busca sacarte de lo cotidiano y de tus actividades diarias abre el espacio para la creatividad, “da un respiro a este paso tan rápido que siempre traemos y adentrarnos en el mundo de las sensaciones para tener una experiencia que nos ayuda a contactar con nuestro potencial interno que muchas veces se ve opacado por creencias o aprendizajes que hemos adquirido conforme crecimos”.
Se trata de talleres de autoconocimiento con materiales artísticos y una guía a través de la sesión. Cada persona expresa sobre los materiales lo que va sintiendo. El resultado son objetos físicos con formas y colores que nos dan mucha información sobre cosas que necesitamos sanar y trabajar. De manera meditativa, podemos decir, “la gente llega a reflexiones muy profundas sin necesidad de hacer mucho cuestionamiento. Porque el mismo taller solito lleva a tener este tipo de reconocimiento propio”. Cada sesión es distinta y con diferentes finalidades, por ejemplo, adaptabilidad, mejorar tus relaciones, visualizar emociones, etc.
La terapia de arte se puede organizar para ti solo, en pareja o en familia. También puedes unirte a un grupo donde se crea una experiencia compartida muy enriquecedora, un intercambio de soma donde conectas con gente nueva de manera increíble. La mejor parte, es que nadie te interpretará nada, sólo se te harán preguntas a partir de tu creación para poderte entender mejor y sanar. El arte sólo funciona como un espejo, es una herramienta más para ayudarnos en nuestro proceso de evolución y hacia convertirnos en seres más felices y ligeros.
Si quieres conocer más sobre este proyecto o información sobre los talleres, da clic aquí.