Al fin creímos tener ese tiempo y espacio para leer que antes no teníamos. Esta cuarentena parecía el momento perfecto para avanzar en nuestra lista de libros pendientes. De pronto, nos sentamos a leer, y es como si nuestro cerebro se nublara, las palabras no pasan. Terminas una página y te das cuenta que no tienes la menor idea de lo que acabas de leer. ¿Te está pasando?
Además de ser muy frustrante, hemos perdido una fuente de distracción que toda la vida nos había funcionado de maravilla. Si no podemos leer cosas densas, pasamos a unas más ligeras y sucede lo mismo. Es muy molesto, pero si te sirve de algo leerlo: no estás solo. Al parecer, muchas personas están pasando por lo mismo y no solo se queda en la incapacidad de leer, para muchos es cualquier actividad que requiera de concentración.
¿Te acuerdas cuando hablamos de la angustia colectiva? Va por ahí. Todos estamos luchando más de lo normal para concentrarnos en este momento, y según Christian Jarrett, PhD, un psicólogo clínico con sede en Reino Unido, “la investigación muestra que el estrés crónico afecta la forma en que funciona el frente del cerebro, el área … [que] normalmente controla nuestra capacidad para concentrarnos y cambiar la atención de una cosa a otra.” En pocas palabras, durante algo tan estresante como vivir una pandemia global, “perdemos nuestra flexibilidad mental habitual y nos centramos mucho en la fuente de la amenaza”, lo que hace que sea difícil perderse en otros mundos.
Oliver J. Robinson, Neurocientífico y psicólogo del Instituto de Neurociencia Cognitiva del University College de Londres, explicó en una entrevista que la pandemia en la que estamos es lo más incierto posible. No sabemos cuándo va a terminar, si te vas a enfermar, ni siquiera sabes lo que es el virus, realmente. De un día al otro, todo es peligroso: las manijas de las puertas, otras personas. Es lo más incierto. “Entonces, ¿por qué las personas tienen dificultades para concentrarse? Esa es parte de la explicación: están tratando de resolver una incertidumbre que es irresoluble”, dice Robinson.
Ahora, esto no está probado, ni completamente ligado entre sí. Pero lo que podemos entender o sugerir como una razón para no poder darle seguimiento a las páginas de lo que parecía ser un libro prometedor. Pero tal vez es momento de optar por opciones más relajadas y más cortas. Algunas personas sugieren cuentos cortos, leer por partes al día y tal vez es momento de dare una oportunidad a los audiolibros.
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