Las primeras semanas de la cuarentena, nos parecieron divertidas. Tomamos acción: fuimos al super, hacíamos bromas, nos activamos en casa como nunca antes. Entramos en un modo de supervivencia, nos movilizamos pero después de esa descarga inicial de adrenalina que sigue al trauma, la mayoría de las personas se empiezan a sentir más angustiadas. ¿Qué pasa?
Es un sentimiento general, un trauma colectivo. Pero tal vez te preguntas, si estás encerrado en casa solo, ¿cómo sientes lo de los demás? No es precisamente que sientes la angustia de tu vecino de enfrente, más bien es que están experimentando el mismo trauma. Con todo lo que está pasando, esta pandemia entra en la categoría de una situación culturalmente psicológicamente traumática.
Un trauma, por definición, es la impresión emocional causada por algún hecho o acontecimiento negativo que produce en el subconsciente de una persona. Entonces, si todos estamos atravesando por un momento complicado emocionalmente, no vibramos a la misa frecuencia que antes donde cuando alguien andaba bajón, alguien andaba al 100. En general, bajó la energía, estamos ansiosos. Precisamente, es una de las razones por las que no podemos dormir.
Lo que sentimos es angustia. Y de acuerdo con experto de Harvard Business Review, estamos sintiendo diferentes tipos de aflicciones y angustias. Sentimos que el mundo ha cambiado, y sí. Sabemos que esto es temporal, pero no se siente así, y nos damos cuenta de que las cosas serán diferentes a partir de ahora. Así como ir al aeropuerto no volvió a ser igual después del 11 de septiembre, las cosas cambiarán y este es el punto en el que cambiaron.
La pérdida de la normalidad, el miedo del impacto económico, la pérdida de conexión con las personas y el exterior. Esto nos está afectando y estamos afligidos. Colectivamente. No estamos acostumbrados a este tipo de pena colectiva en el aire y sí, se respira.
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