Uno de los eventos más relevantes en la escena internacional del arte es sin duda la Bienal de La Habana. Hace apenas una semana se inauguró su décimo quinta edición, con la que se celebran 40 años de la primera, realizada en 1984.
La finalidad de realizar un evento de tal envergadura era el brindar un espacio de visibilidad para los artistas de los países que no formaban parte del primer mundo ni de los grandes circuitos del arte internacional, es decir, inició como un escaparate para los outsiders de la industria cultural.
Qué es una bienal de arte
Vale la pena hacer la anotación que una bienal recibe su nombre por ser un evento que se realiza con dos años de diferencia entre cada edición y que las bienales y las ferias de arte son los acontecimientos con mayor repercusión en el mercado cultural mundial.
La principal diferencia entre ambas es que en las ferias se busca vender, mientras que en las bienales, se busca compartir y dar a conocer lo que viene o lo que se está produciendo a nivel internacional… aunque ojo, también a raíz de las bienales se generan ventas pues son visitadas por muchos curadores, directores de museos y coleccionistas y mediante éstas, se posicionan las trayectorias de los artistas participantes.
La Bienal de La Habana sigue siendo reconocida como la más importante del sur global, entendiéndose por ese término, más allá que una descripción geográfica, a los países más pobres o que en su tiempo fueron colonizados por países industrializados. Si pensáramos, en contraste, en la bienal más relevante del norte global, tendríamos que hablar de la Biennale (La Bienal de Venecia), la cual es la más antigua en su estilo y la de mayor importancia internacional.
¿Cuáles puntos encontramos en común y cuáles en diferencia? En común en esta edición encontraríamos los temas. Cada ocasión, estos eventos tienen una temática, para la Biennale el título de esta edición fue “Foreigners everywhere” (extranjeros en todas partes), a la par de “Horizontes compartidos”, que lleva el evento habanero; ambos nombres nos remiten a asuntos relacionados con migración, encuentro de culturas e inclusión. Asuntos que dominan la agenda del planeta.
La diferencia más importante que pudiéramos notar es el presupuesto con el que se realizan. Como mencionó el director de la Bienal de La Habana, Néstor Ramírez de Arellano durante su inauguración en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, el sacar adelante un evento así requiere muchísimo esfuerzo y más aún, considerando los recientes acontecimientos que han sacudido a Cuba (un ciclón, constantes apagones y un temblor), sin embargo, vale la pena mencionar el empeño y la creatividad con la que los organizadores y los artistas participantes lograron crear dignos montajes, así como experiencias artísticas inmersivas en las que el poder de las obras y la contundencia de sus mensajes lo vencen todo.
Otro punto en común sería que las ciudades completas se vuelven un ecosistema de arte vivo, en el que las universidades, galerías, museos y hasta la calle se convierten en espacios receptores de piezas de arte de creadores de todo el mundo.
Lo que se vio en la Bienal de la Habana 2024
Mención honorífica tiene el proyecto “Detrás del muro” en el cual los artistas intervienen espacios cercanos al icónico malecón de La Habana.
Dentro de los mexicanxs presentes en esta modalidad, podemos encontrar a Enrique Argote (@cocolobo) y a Victoria Molina Vargas (@artvictoriam), quienes participaron con una instalación y un mural colaborativo, respectivamente.
Centrándonos de nuevo en la Bienal de la Habana, recintos como el Museo de Bellas Artes, la Facultad de artes visuales ISA, La Fábrica de Arte Cubano, el Centro del desarrollo de las artes visuales, Ágora Coffee and Books y el Museo casa de África, por mencionar algunos, presentaron exposiciones y diversas actividades, las cuales seguirán hasta que concluya la bienal a finales de febrero de 2025.
En diversos puntos de la ciudad también se presentaron obras monumentales, las cuales cautivaron la vista y el corazón de los asistentes. Picci Fine Arts, galería mexicana, develó una magistral obra en gran tamaño del artista francés Daniel Hourdé titulada “El árbol de las mil voces”, la cual es sin duda, una de las más destacadas y representativas de la temporada.
Indudablemente, uno de los eventos más esperados en la escena internacional del arte, producto de la imaginación y la creatividad de un pueblo que busca seguir mostrándose al mundo, que busca seguirnos cautivando con su resiliente espíritu, con su sabor único.
Debe estar conectado para enviar un comentario.