Ya seas un amante de las plantas desde tu infancia o un nuevo plant parent, sabes que nuestras amistades clorofílicas necesitan tantos cuidados como cualquier ser vivo. Que si el lugar en el que las colocaste les gusta o no, si su maceta es adecuada, la cantidad de riego y nutrientes. Incluso simularles tormentas para que se sientan en su ambiente natural (que en realidad no es tan necesario). Ya que has controlado todo lo anterior, te sientes a gusto con su salud y apariencia llega algo inesperado: hojas amarillas en tus plantas.
Cuatro razones por las cuales las hojas de tus plantas se volvieron amarillas.
El nombre oficial de la coloración amarilla en las hojas de tus plantas es clorosis. Esto ocurre cuando a la hoja de tu planta le hace falta clorofila. Provocando que la hoja se seque y se caiga. Además, una hoja amarilla es más susceptible a plagas. ¡Pero no entres en pánico! Con que identifiques el mal, podrás solucionarlo y hacer feliz a tu pequeña amiga verde.
Riego inadecuado
Si casi todas las hojas de tu planta son amarillo intenso en toda la superficie de la hoja, entonces le estás dando demasiada agua. Aunque si estás completamente segurx que riegas tu planta de acuerdo con las recomendaciones por tu tipo de planta, entonces el sustrato no está drenando bien y está formando lodo.
Toca la tierra con tus manos. Si está muy húmeda y no se mueve, no hay buen drenaje. Pero si la tierra está seca y el amarillo en las hojas de tu planta es disparejo, puede que no le estés dando suficiente agua.
Problemas de iluminación
Para la fotosíntesis, es necesaria la luz solar. Si está demasiado sombreada para la especie de planta, las hojas que están en el área más oscura serán amarillo pálido, casi blanco. Aunque también, en el caso contrario, demasiada luz para una planta de sombra volverá amarillas sus hojas.
Falta de hierro
Si el sustrato donde está sembrada tu planta no tiene un PH compatible con las necesidades de tu planta (¿Quién diría que volverías a la clase de química por tus plantas?), puede que tu planta no esté absorbiendo hierro adecuadamente y tenga clorosis férrica. Podrás notarlo si la hoja de tu planta es amarilla pero la nervadura –las “venas” de la hoja– permanecen verdes.
Falta de nitrógeno
El nitrógeno es el responsable de la coloración de las hojas de tus plantas, además de su crecimiento en general. Cuando pasan mucho tiempo en la misma maceta, puede que empiece a quedarle pequeña a tu planta y que ya se haya acabado los nutrientes.
Soluciones a la clorosis (hojas amarillas).
¡Claro que hay solución! Ya que tengas identificado el problema, te contamos aquí de las soluciones.
Si el problema es el riego
Identifica tus patrones de riego, para asegurarte de qué lado está tu fallo: mucha o poca agua. Si esto no te da resultados, revisa el sustrato. Para plantas pequeñas o macetas, revisa que el sustrato sea el adecuado y añade gravilla en el fondo para facilitar el drenado. Recuerda que por más linda que sea la maceta, si no tiene agujeros debajo, no sirve. Si sí tiene agujeros, verifica que no estén obstruidos.
Si el problema es de iluminación
Reubícalas. Investiga el tipo de planta que tienes, si es de sol o de sombra, y muévela al lugar adecuado.
Si el problema es falta de hierro o nitrógeno
Busca en tu invernadero o tienda de plantas más cercana abono con nutrientes o algún polvo que pueda ayudar a tu planta. Si ves que las raíces de tu planta están sobresaliendo, trasplanta a una maceta con más espacio. Abona con regularidad.
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