Disco de la semana: “Halloween” de John Carpenter

La publicidad mediática ha sido insistente y, gracias a la nueva secuela dirigida por David Gordon Green, los cuarenta años de “Halloween” (la tercera película de John Carpenter) no han pasado desapercibidos.

Lee también: ¿Ya tienes disfraz para Halloween? Checa estos tutoriales de maquillaje para inspirarte

Lanzada originalmente en 1978 y precursora del cine slasher sin predecirlo, la película permanece tan escalofriante como entonces. Las razones pueden ser muchas, entre ellas la perfecta construcción de personajes y su cámara siempre pendiente a la inquietud de la oscuridad. Sin embargo, aquella que puede resaltar más es su soundtrack, una colección de composiciones que acentúan todo el horror que la cámara nos muestra en cada una de sus notas.

Su creador, el también director y escritor de la película, John Carpenter, no era ningún novato en ese entonces, pues ya se había encargado de la música de sus dos anteriores películas. Según cuenta en sus notas oficiales, el soundtrack de “Halloween” nació para “salvar la película” al añadirle todo aquel sentimiento de terror que no contaba la grabación original sin música. Y el resultado fue todo lo que se esperaba.

Lee también: Los disfraces más usados cada década desde los 70s

No importa si es escuchada por alguien que no vio la película o si es por un fan aguerrido de su legado, la pieza central todavía provoca escalofríos y sin embargo no es lo más valioso de la obra completa. “Halloween” se puede escuchar de inicio a fin como pocas producciones musicales para películas ahí afuera. Es un ejercicio preciso de narrativa sonora, de experimentación electrónica y un adelanto de todos los sintetizadores que vendrían después de ella.

Después de 40 años John Carpenter volvió a componer música para una secuela de “Halloween” y, a pesar de lo que uno hubiera podido esperar, ni la película ni el soundtrack son tan afortunados. Por suerte siempre se podrá regresar al inicio de todo y, si el miedo que la película provoca es incontrolable, una vuelta al disco que la acompaña es suficiente para celebrar Halloween como se debe.