Por Alba Aguilar
No importa qué estación del año sea. La magia del pueblo de Vail siempre estará vigente. Famoso por ser un destino obligado para los amantes del esquí, pero también por tener impresionantes paisajes y divertidas aventuras en el verano, hay algo que muy pocos mencionan de tan codiciado lugar: la comida.
Foodie o no, Vail ofrece originales -pero sobre todo- exquisitas propuestas para hacer un recorrido gastronómico completamente memorable. Desde platillos típicos de la región, hasta creaciones por manos de reconocidos chefs, una deliciosa experiencia.
A pesar de que es un pueblo pequeño y se puede recorrer caminando, hacer este paseo en bicicleta le da un toque especial. Por eso es básico que la primera parada sea para rentar una bici con todo y canasta.
Para comenzar, nada como unas buenas entradas de mariscos. Para eso, Vail Chophouse tiene preparada una pirámide -literalmente- de tres pisos que incluye desde almejas, camarones y langosta, hasta ceviche de cangrejo. Y para acompañarlo, un bloody mary insignia de la casa, que hasta trae una pieza de tocino crispy… sí, es Estados Unidos.
Hay que dejar un poco de espacio para continuar al restaurante Flame del Four Seasons, y probar los deliciosos corn dogs de alce que ofrece. Y después, para cerrar con broche de oro, una degustación de toda la carta de postres de Sweet Basil. Un verdadero pecado del que nadie se tiene que arrepentir, especialmente del Hot Sticky Toffee Pudding Cake.
Si es que aún queda espacio para la cena, en el exclusivo Terra Bistro se pueden degustar platillos hechos en su 90% con productos orgánicos de origen local. Así como en Elway’s, restaurante del hotel The Lodge, en donde es un total must pedir un filet y disfrutarlo con espárragos o una deliciosa ensalada (aunque cualquier otro plato es una garantía)
Y es es que estas son solo algunas opciones de toda la variedad de propuestas gastronómicas de alta calidad que Vail ofrece. Un destino realmente dedicado a aquellos que disfrutan la buena vida… Y claro, la buena comida.