No necesitas tener un apiario ni vivir en el campo para apoyar a las abejas. En el Día Mundial de las Abejas, el cual se celebra el 20 de mayo, vale la pena recordar que estos pequeños polinizadores están en riesgo debido al uso de pesticidas, la pérdida de hábitats y el cambio climático. La buena noticia es que puedes ser parte de la solución: cultivar flores que les atraigan y nutran, esto puede ayudar a regenerar su ecosistema desde la comodidad de tu casa.
Aquí te dejamos una guía de flores que puedes tener en macetas, jardineras o suelo directo, y que funcionan como estaciones naturales de alimento para las abejas —con el extra de tener un espacio super cute y aestethic que además huela deli.
Plantas y flores que aman las abejas y puedes tener en tu jardín o terraza
Lavanda
La lavanda es rica en néctar y emite un aroma que atrae a las abejas desde grandes distancias. Prefiere climas templados, suelo bien drenado y exposición directa al sol. Sus flores, de tonos morados y azulados, brotan desde primavera hasta principios de otoño. Si se poda correctamente después de la floración, puede florecer más de una vez al año. Además, repela mosquitos y puede usarse en infusiones o como decoración seca.

Caléndula
Esta flor de color naranja intenso tiene múltiples beneficios: repele plagas, es comestible y rica en néctar. Florece desde primavera hasta otoño y requiere muy poco mantenimiento. Atrae abejas, mariposas y otros polinizadores. Se adapta muy bien a macetas o jardineras. Necesita sol directo y riego moderado. Sus flores también se pueden usar en infusiones o ensaladas.

Borraja
Menos conocida pero muy valiosa, la borraja produce flores azules en forma de estrella que las abejas visitan con especial frecuencia. Su néctar es accesible incluso con temperaturas bajas, por lo que es esencial en jardines biodiversos. Se adapta a macetas grandes y climas templados. Necesita riego constante, pero no encharcamiento. Además, es comestible y sus flores pueden decorar platos dulces o salados.

Romero
Una planta aromática resistente y multifuncional. Además de usarse en cocina, perfuma el ambiente y florece varias veces al año con pequeñas flores lilas o azuladas que las abejas adoran. Crece bien en macetas medianas, requiere poca agua y se adapta a suelos pobres, siempre que tengan buen drenaje. También es útil como planta medicinal, repelente natural y cubierta aromática para terrazas o pasillos.

Cosmos
Originaria de México, esta flor silvestre destaca por su capacidad de atraer polinizadores gracias a su forma abierta y accesible. Sus flores —que pueden ser rosas, blancas, naranjas o moradas— requieren sol directo y suelo ligero. Tienen una de las floraciones más largas, desde mediados de primavera hasta el otoño. Son ideales para macetas grandes, bordes de jardín o jardineras amplias. Una sola planta puede producir decenas de flores por temporada.

Albahaca
Aunque normalmente se poda antes de que florezca, cuando se deja crecer, desarrolla pequeñas flores blancas o moradas llenas de néctar. Las abejas —especialmente las melíferas— se sienten atraídas por su aroma dulce y aceites esenciales. Es ideal para macetas pequeñas en balcones, terrazas o interiores bien iluminados. Necesita riego frecuente, suelo húmedo pero bien drenado, y poda continua para estimular más brotes. Un truco útil es cultivar dos plantas: una para cosechar y otra para dejar florecer libremente, apoyando así a los polinizadores sin dejar de tener albahaca fresca para tus platillos.

Girasol
Aunque necesitan más espacio, los girasoles son de las flores más energéticas y llamativas para un jardín urbano. Producen grandes cantidades de polen y néctar, y su flor es muy visible desde lejos. Se siembran en primavera y florecen en verano, prefieren pleno sol y suelo profundo. También ayudan a atraer aves una vez que las semillas maduran, cerrando un pequeño círculo ecológico. Hay variedades miniatura ideales para terrazas o balcones grandes.

Menta
Aunque discreta a la vista, la menta produce flores pequeñas que resultan muy atractivas para las abejas. Es perfecta para quienes tienen espacios reducidos, ya que crece bien en macetas pequeñas, siempre que reciba buena luz y riego frecuente. Además de ser una planta comestible y aromática, ayuda a mantener alejadas ciertas plagas de otras plantas vecinas. Lo ideal es permitirle florecer, ya que sus racimos de flores blancas o lilas ofrecen néctar accesible y constante durante la temporada cálida.

Salvia
Esta planta aromática de origen mediterráneo es una de las más visitadas por las abejas, especialmente en sus variedades ornamentales como la Salvia nemorosa o la Salvia officinalis. Sus espigas florales pueden ir del blanco al púrpura intenso, y se mantienen activas durante varias semanas. La salvia prefiere pleno sol, suelos con buen drenaje y riegos moderados. Además de embellecer cualquier jardín o terraza, su aroma intenso la convierte en un excelente complemento sensorial.

Tomillo
Resistente, aromático y multifuncional, el tomillo es una gran opción para jardineras pequeñas o suelos secos. Sus flores, aunque diminutas, son altamente atractivas para las abejas y florecen en racimos que cubren la planta como una alfombra. Requiere poco riego, mucho sol y prácticamente ningún mantenimiento, lo que lo vuelve ideal para jardinería urbana o terrazas con poca tierra. También puede convivir con otras plantas comestibles y aportar beneficios al suelo circundante.

Sello verde extra: evita pesticidas
Para que tu jardín o balcón sea verdaderamente un refugio seguro y que además tengan flores que aman las abejas, evita insecticidas químicos, especialmente los que contienen neonicotinoides. Opta por opciones orgánicas, jabones potásicos o técnicas naturales como la rotación de plantas y el control manual de plagas. Las abejas, aunque pequeñas, son muy sensibles a residuos tóxicos.
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