Cuando la naturaleza ataca, no hay artista ni grupo ni poder humano que pueda rescatar a los eventos masivos de terminar en catástrofe. Afortunadamente el espíritu joven y la energía que se vive en estos lugares es motivo suficiente para que los espectadores continúen asistiendo y divirtiéndose en ellos año tras año. Esta es la prueba fehaciente de que la música y la fiesta pueden más que la tormenta.
Glastonbury (2005)
A pesar de que el mal tiempo forma ya parte de la tradición de este festival, el 2005 fue un año que marcó para siempre su historia. La lluvia fue tal que el piso entero se inundó bajo casi metro y medio de agua. Pero eso no es todo, los escenarios fueron golpeados en repetidas ocasiones por fuertes rayos. ¡Sálvese quien pueda!
Corona Capital (2014)
En su cuarta edición, el Corona terminó convirtiéndose en un enlodado espectáculo debido a las fuertes lluvias que se presentaron durante el mes de octubre del año pasado. La gente paseaba por el lugar cubierta en barro e incluso la presentación de Massive Attack fue concluida antes de lo esperado, cosa que provocó el descontento de muchos.
Ceremonia (todos los años)
Después de sus últimas dos ediciones, ya no es una sopresa que el público llegue con botas e impermeable para protegerse de la torrencial lluvia tan típica de este festival. Afortunadamente, ni el lodo ni el granizo es un impedimento para que los asistentes disfruten al máximo de toda la energía que se vive durante esta celebración.
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