Son incontables las veces en las que alguna persona que sin ser familia de sangre se ha dado a la tarea de ver por nuestra felicidad o bienestar sin pensarlo dos veces. No porque se tenga algún interés de sacar algún beneficio, simplemente por querer hacerlo de corazón para vernos felices. A esas personas se les llama familia de almas, sin dudarlo serán los que te acompañen en todos los logros o caídas que puedas tener al paso de los años así que hay que cuidarlos. Esa familia de corazón a la que no necesitas ver por obligación sino por gusto y amor de saber qué es un amor sincero de ambas partes. Una clase de cariño inexplicable pero que reconforta el alma.
La familia de corazón o también conocidos como familia de almas, son esas personas con las que sientes una conexión especial que va más allá de un lazo familiar por tener la misma sangre. Si hacemos memoria, desde que somos pequeños, se nos ha enseñado la importancia de la familia de sangre, teniendo como pilar ante amigos, pareja o alguien externo. Dando mucha carga emocional a la familia de sangre dejando que muy pocos nos hablen de esa familia que tenemos por elección sino por gusto. Aquella que es genuina y no cambiarías por nada por muy complicado pueda estar todo. No podemos negar ni afirmar nada pero es probable que hayas sentido esta clase de amor y conexión con alguien sin siquiera notarlo.
Tal vez mucho tiene que ver porque son personas que vibran en tu misma sintonía, familia de almas que te motivan a ser esa mejor versión propia y superarte. Todo lo contrario a algunas personas que aunque puedan compartir la misma sangre es complicado darse cuenta como absorben tu energía. No se trata de pelear y buscar quién es mejor o peor, simplemente a dejar de darle valor a cosas sin importancia y hacerle caso a esa intuición que no falla por las conexiones que puedas tener con esas personas.
¿Qué quiere decir esto? Es simple, no se sabe que tanto o no pueda vivir cada persona, lo ideal es que ese tiempo sea de calidad, buscando rodearse de personas a las que realmente les importes, esas que responden antes de que lo preguntes, esos que se preocupan por tu salud física, mental o preguntan por ti sin ser un día especial. Esas personas con las que las palabras sobran, con tan solo verse ya se puede saber la respuesta.
Es casi inexplicable decir cómo es que se dan estas conexiones, simplemente pasan, brindan apoyo incondicional y están cuando más se les necesita. Pacientes, sin esperar nada, solo queriendo saber que te encuentras bien. Lo mismo pasa de tu lado hacia esa familia de almas. Tal vez por eso se les llame así, por tener ese poder de ver más allá de un cuerpo físico y poder hacer clic con nuestro interior.
Por eso, es muy importante repetirle a las personas cuanto los queremos, animarse a no quedarse con ganas de nada, simplemente seguir creciendo espiritualmente como personas que buscan crear y dar amor así como lo reciben. La familia de almas importa tanto como la de sangre, no hay porque crear una competencia ni hacer menos a ninguna. Solo co existir dando valor a esas personas especiales sin quitarle logros. Así que a la próxima vez que te encuentres dudoso de si es posible tener una conexión especial con alguien, cierra los ojos y piensa en esa persona que está siempre contigo y agradécele por estar en tu vida.
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